Un reciente reportaje en el periódico La Nueva España de Asturias, firmado por Tino Pertierra, mostraba algunos de los tesoros que la Biblioteca de la Fundación guarda acerca del Principado.
Lo mismo podría decirse, sin embargo, de innumerables documentos y libros de otras Comunidades y provincias pues, si algo se ha pretendido desde hace muchos años desde esta institución es poder ofrecer una documentación lo más completa posible acerca del estudio de la tradición y las costumbres en la Península Ibérica. Se atribuye a Cicerón la frase «Si hortum in bibliotheca habes, deerit nihil», sentencia con la que el escritor romano venía a recomendar que el estudio y el desarrollo de la mente no descuidaran la atención al cuerpo y su alimentación. Los libros alimentan el pensamiento y desarrollan un órgano tan complejo como el cerebro. Ya han pasado de 50.000 los libros y documentos que albergan las estanterías de nuestra Biblioteca y casi tantos son asimismo los recuerdos que cada libro o pliego suscita, porque una biblioteca no es un cúmulo de ejemplares amontonados en anaqueles sino una fuente viva de sensaciones provocadas por la memoria de esos mismos documentos: su adquisición, su lectura, su asimilación, su catalogación… Todas las fases de ese proceso por el cual un libro entra en una biblioteca y ocupa su exacto lugar, tienen sus anécdotas y, habitualmente, su recompensa.
Hace poco tiempo recibía una nota de un librero de viejo asturiano que me agradecía la adquisición de un pequeño y curioso ejemplar con tres poesías de Juan Menéndez Pidal. En mi contestación le recordaba que, de todos los miembros de la familia Pidal, Juan era el único al que no había conocido, y sin embargo guardaba un gran respeto y admiración por su trabajo que, en cierto modo, motivó que su hermano Ramón dedicara tanta atención a la tradición oral y al Romancero. Llegué a saludar a Don Ramón antes de que falleciera, sus hijos Gonzalo y Jimena me ayudaron con sus textos a conocer mejor el siglo XIX español o los Autos de Navidad (recuerdo el afecto con que Jimena me recibió en su casa para darme datos sobre la historia del general Mambrú en los romances), traté al nieto de Don Ramón, Diego Catalán, y hasta llegué a recoger en algún pueblo perdido de los Ancares los apuntes que había olvidado en la visita a una casa haciendo trabajo de campo, porque su sabiduría estaba desposada con el despiste… Cada uno de los libros del Seminario Menéndez Pidal trajeron a los estantes de mi biblioteca el esfuerzo colectivo de un equipo entusiasta que trabajó denodadamente por la memoria de España y del hispanismo. ¿Cómo considerar una biblioteca solo como una sucesión de tomos o volúmenes que se apilan sin vida en las baldas de un mueble? Si Dios y la naturaleza me proporcionan la salud suficiente, trataré de terminar un texto sobre todos aquellos libros que han tenido una importancia destacada en mi vida, que han sido muchos y muy notables.
Borges escribió –mejor dicho, supongo que pronunció, y luego se lo escribieron– que «el libro es una extensión de la memoria y la imaginación», y yo añadiría, con permiso del ilustre escritor, que también es una prótesis imprescindible de nuestro propio cuerpo. Conviene no tenerlo lejos físicamente. Es absolutamente necesario sostenerlo y mirarlo. Leerlo y asimilarlo, pero siempre a la distancia adecuada, la medida humana, la medida del brazo. En suma, tener en las manos el libro que vayamos a leer y contemplarlo con admiración por lo que significa, y añadiría más: hay que sobarlo y olerlo. Una de las características físicas –tal vez sería más apropiado decir organolépticas– que distinguen a un libro (aparte del papel, de la encuadernación, del diseño o del propio contenido), es el olor.
Decía el novelista Ray Bradbury que el olor de un libro nuevo sólo puede compararse con el que despide un libro viejo, que es mejor todavía. Y no me refiero ahora al olor que se desprende de la microencapsulación, técnica tan usada hoy día, por la cual una página de un libro o de una revista puede oler a lo que uno quiera gracias a unas gotas de cualquier tipo de fragancia que se descubren al frotar la capa de resina plástica que las protege; tampoco me refiero al olor del papel de las páginas, que procede de una mezcla de tinta, de lignina y de vainilla a la que viene a adherirse poco a poco el polvo del tiempo, sino a ese efluvio mucho más sutil que despide la esencia de un libro, nos permite conocer mejor su temática y nos transporta a un mundo distinto al cotidiano.
En ese sentido, de los libros emanan dos esencias fundamentales: por un lado, la esencia del tiempo, es decir, no sólo los recuerdos proustianos que nos podrían retrotraer al pequeño placer de revivir la infancia, sus imágenes y emociones, sino también todos aquellos elementos algo menos íntimos que hemos tenido ocasión de compartir con muchos de nuestros coetáneos, o con quienes nos precedieron o siguieron, en un destino común y en un espacio concreto.
Eso y mucho más es una biblioteca. Hace más de seis años escribí para la Revista Mi Biblioteca un breve texto en el que resumía los contenidos de la que durante años ha sido mi estancia favorita y cuyos fondos he recogido y comprado con personal empeño. A ese esfuerzo personal han venido a contribuir en tiempos recientes las aportaciones de particulares que, por medio de donaciones o depósitos han acrecentado y mejorado el caudal hasta convertir el conjunto en una de las mejores bibliotecas españolas sobre antropología y etnografía.
Museo de La Casona
2.058 visitas
Total general: 487.419 visitas
Visitas a la página web
(29 de marzo de 2022 > 27 de junio de 2022)
180.072 páginas vistas desde 122 países
Total general desde junio 2006: 16.775.419 visitas
El grueso de visitantes a nuestra página web procede de España (38.858 usuarios), México (5.473 usuarios), EE.UU. (3.756 usuarios) o Argentina (2.843 usuarios). Pero también hay visitas desde países no hispanohablantes como Alemania (564 usuarios), Francia (400 usuarios), Noruega (285 usuarios), China (171 usuarios) e, incluso, 10 usuarios desde Ucrania.
Asturias. 13, 14 y 15 de mayo de 2022
El pasado fin de semana, durante los días 13, 14 y 15 de mayo, se celebró una fiesta de cumpleaños muy especial. Asturias homenajeó a Joaquín Díaz, «coleccionista de vidas, culturas y tradiciones» y un castellano que se siente «orgulloso de tener sangre astur y de querer tanto a esta tierra». Toda la familia de su padre Germán procedía de Cabrales y, desde niño, vio en su progenitor ese amor a la tierra, cuando los días de lluvia se levantaba cantando canciones asturianas, acordándose, tal vez, de Inguanzo, del palacio en el que nació, de Villa Mier donde residió algunos períodos de su juventud, o de la iglesia de Santa Cruz de Inguanzo que un tío abuelo de Joaquín reconstruyó hace 150 años.
Joaquín, que dejó «el miedo escénico», los escenarios, las actuaciones en televisión, la fama y la miel del triunfo en gran parte del mundo, para «buscar lugares y vidas más discretas, aunque siempre ricas por su humanidad y por su contenido», ahora, al tiempo de cumplir sus 75 años, durante estos días ha señalado que «siente que eligió bien», al igual que lo sentimos y decimos los muchos que tanta sabiduría y buen hacer hemos recibido de él.
Realizándolo como suele hacer él las cosas, de una manera callada, entregando sin pedir nada a cambio, con suma discreción, aunque, cuando se vea lo hecho, se sepa que su mano en ello está. La mano silenciosa y generosa de Joaquín que tanta virtud tiene, al igual que su voz cuando se le oye cantar o escribir en esos ochenta discos, cincuenta libros, la Revista de Folklore, Parpalacio, la Fundación, los congresos y simposios, artículos, conferencias, exposiciones...
El fin de semana comenzó el pasado viernes 13 de mayo a las 19:00 horas en el Teatro Filarmónica de Oviedo, cuando según dijo Concha Fernández Pol: ASTURIAS CANTÓ A JOAQUÍN.
Con el título ASTURIAS EN EL CORAZÓN, se realizó un homenaje a Joaquín, organizado y coordinado por la mencionada Concha Fernández Pol y Chus Pedro Suárez Fernández, bajo el patrocinio de la Fundación Municipal de Cultura del Ayuntamiento de Oviedo y la colaboración de la Presidencia del Principado de Asturias, RTPA, Fundación SGAE, Fundación Nuberu y Teatro Filarmónica de Oviedo.
El acto, al que asistieron el Presidente del Principado de Asturias, la Consejera de Cultura, el concejal de Cultura del Ayuntamiento de Oviedo y director de la Fundación Municipal de Cultura, el director de la SGAE en el Noroeste, el director de la Fundación Joaquín Díaz, el director de la Radiotelevisión Principado de Asturias y el Presidente de la Fundación Nuberu, fue presentado por Pepa Fernández y José Ramón Pardo.
Durante tres horas, con la gente reunida al afecto de Joaquín, actuaron:
El concierto terminó con un cumpleaños feliz comenzado por Paco Ibáñez, convirtiéndose pronto en coro seguido por todo el público asistente que arropó a un emocionado Joaquín que no pudo por menos que decir: «Estos tíos me han enseñado a vivir, y a cantar en algunos casos. El «Jinete» de Paco me parecía el folklore de otro mundo... No me olvidaré en la vida, nos reuniremos otra vez a los cien años». Un concierto homenaje que, como Concha Fernández, su organizadora y coordinadora, manifestaba en la presentación del mismo a los medios de comunicación, dio muestras del gran cariño que se tiene a este «músico, etnógrafo, escritor, el padre del folk en España, una persona muy sencilla y con una labor muy callada».
Terminaron así las tres deleitosas y cortas horas de este concierto memorable, de estar con amigos. En él, Joaquín pudo oír palabras tan merecidas como las que pronunció Víctor Manuel: «No os hacéis idea de lo importante que ha sido Joaquín Díaz en la música española, y lo que será para las próximas generaciones... un maestro al que, los que nos dedicamos a esto, veneramos» o las que dijo Luis Delgado: «Joaquín es la persona más generosa que conozco, nos lo regala absolutamente todo» o las que declaró Amancio Prada: «Has conseguido, Joaquín, alcanzar y conjugar discreción con excelencia, ese ideal de vida», o las que se pudieron escuchar cuando, por pantalla, se mostraron Martirio o Carlos Núñez. En todos esos momentos, Joaquín no solo lloró por dentro sino que mostró ese saber estar en un emocionante reconocimiento no solo merecido sino esperado por todos, y en el que los recuerdos a las personas queridas, algunas presentes —como Elena Casuso, voz magnífica y amiga incondicional de Joaquín, o la hija de esta, Sonia de la Fuente Casuso, también gran voz y, junto con su madre, acompañante de Joaquín en algunos discos— y otros ausentes físicamente, pero que seguro estuvieron de espectadores invisibles en todo momento, dentro del corazón de Joaquín. Esta gran persona que, como Concha Fernández señaló, ha sabido «rescatar, mejorar y transmitir las joyas del tesoro de nuestro romancero y de tantas otras canciones tradicionales de distintos lugares de nuestra geografía, incluyendo las que los sefardíes se llevaron con ellos, junto con las llaves de sus casas, cuando fueron expulsados de España». La que supo llevarnos al gusto por el cantar tradicional, «allá por los años 70 y 80 (cuando) nos reuníamos para celebrar la amistad y cantar, guitarra en mano o sin ella, en torno a una botella de sidra, unos vinos o unas cañas» y la que «lleva más de 50 años cantando para los demás».
Si el viernes fue emocionante, el sábado no lo dejó atrás. El sábado 14 de mayo, día del 75 cumpleaños de Joaquín, estuvo repleto de sorpresas y agradecimientos.
La visita a Villa Mier, la que fue casa de la familia Mier y que Joaquín visitaba muchos veranos, fue de corazón abierto al recuerdo familiar, a la memoria de los seres queridos, evocando esos rincones donde posan tantas y tantas cosas que el tiempo no puede borrar porque se encuentran en lo más adentro del alma, en lo que está tatuado de forma imborrable. La atención que recibió Joaquín de los actuales propietarios fue de agradecer y reconocer.
Tras una comida posterior, un tanto familiar, en el pequeño restaurante Casa Julián, de Niserias, con tarta incluida y el cántico de cumpleaños feliz, transitaron hacia el Ayuntamiento de Llanes, en el que, después de pasear por el lugar, marcharon a la casa de cultura donde se proyectó el documental sobre su figura y legado, dirigido por Inés Toharia e Isaac García «El río que suena, reflejo del tiempo» y que hizo recordar a Joaquín la mirada a la tradición como «ese pie que dejamos atrás, cuando vamos a andar y con el que evitamos el desequilibrio», refiriéndose a «la necesidad de aprender de los valores transmitidos, de crear criterios y las advertencias de los antepasados que nos ayudan a vivir», como ese «aprendiz» que dijo ser, para «cada día recibir mucho de los demás».
Al finalizar la proyección, Amnistía Internacional y la Fundación Nuberu, tuvieron palabras de agradecimiento y una atención hacia Joaquín por su gran obra y su manera de ser, interviniendo, al final Laura Muñoz, de Nuestro Pequeño Mundo, cantándole al cumpleañero un muy emotivo cumpleaños feliz.
Al día siguiente, domingo 15 de mayo, en Inguanzo, pueblo en el que nació el padre de Joaquín, los cabraliegos le rindieron un emotivo homenaje que comenzó con el recibimiento de Honores de la banda de gaitas «Picos de Europa-DOP Cabrales», que en el pueblo le esperaba dirigida por Héctor Braga.
Tras escoltarlo, en un paseo andando con el alcalde de Cabrales y vecinos de Inguanzo, hasta llegar a la bella iglesia de la Santa Cruz, en ella Joaquín pudo hablar con algunos familiares al tiempo que se descubrió una placa que reza así:
«Aún late el pasado en nuestro pulso: las venas cantan los sones de la tierra con la voz de la sangre». Joaquín Díaz (castellano de nacimiento y cabraliego de corazón).
El recibimiento, encuentro y descubrimiento de placa, no hizo por menos que, más tarde, hacer expresar a Joaquín: «Me he encontrado con primas de mi padre, con primas mías que no conocía y con un pueblo maravilloso y cordial».
Posteriormente, en un ambiente de recibimiento y saludos cordiales y de bienvenida, acudieron a visitar el palacio del Mayorazgo de Inguanzo, lugar donde, junto a otros personajes ilustres, nació Germán Díaz, padre de Joaquín y vivió su abuela Fernanda. Más tarde, toda la comitiva se acercó hasta una carpa preparada para que todo el pueblo pudiera ver cómo el homenajeado recibía las credenciales del nombramiento como hijo adoptivo de Inguanzo y la colocación de la insignia del concejo en la solapa, dando las gracias el señor alcalde de Cabrales de tener tan ilustre hijo adoptivo «rescatador del folclore peninsular».
Las palabras siguientes de Joaquín, llenas de emoción y humildad, hicieron ver los recuerdos tan profundos que tenía hacia Cabrales y esa familia de su padre Germán Díaz —al que tantas veces oyó cantar a esa Asturias, patria querida—, manifestando que era «un honor y un orgullo haber sido nombrado hijo adoptivo de Cabrales. Ahora es una obligación para mí defender que esto siga siendo un paraíso... mi único mérito es ser hijo de mi padre. Pero el que llevaba Cabrales por dentro era él, por eso quiero dedicárselo». Ese padre que «siempre tuvo recuerdos positivos de su tierra hasta que murió... Ahora defenderé que mi familia viene de aquí, y que somos asturianos de pura cepa».
Con posterioridad, y tras recibir Joaquín numerosos cumplidos, se presentó el libro 'La sangre inútil', en el que Joaquín habla de sus raíces familiares y del que Concha Fernández dijo: «tuve ocasión de leerlo en 2020, cuando Joaquín nos lo pasó en formato digital, recién acabado, en aquellos primeros tiempos de confinamiento a causa de esta pandemia del coronavirus que aún se resiste a dejar de acompañarnos... en aquella primavera que no vimos florecer, su lectura me permitió bucear en los entresijos de su genealogía y su conexión con la revolución mexicana, con Emiliano Zapata y con la desafortunada historia de Nacho.
Y mientras me adentraba en ella, realizando anotaciones para no perderme en las ramificaciones de los Alonso y de los Mier, fui consciente de que lo que él narraba estaba cumpliendo una función similar a la que siglos atrás habían desempeñado los cuentos de 'El Decamerón' con aquellas personas que en el siglo XIV, huyendo de la peste negra, se habían aislado en una mansión campestre de Florencia compartiendo relatos para que se les hiciese más llevadero, menos angustioso, el tiempo de espera hasta que la muerte se decidiese a pasar de largo.
Porque eso es lo que, con la generosidad que te caracteriza, tú hiciste en aquellos momentos, Joaquín: compartir esta historia, además de regalarnos por vía telemática dos canciones grabadas en tu casa, haciéndonos sentir menos solos e indefensos mediante el poder sanador de la música y de la literatura». Concha Fernández finalizó su intervención dando las gracias porque «nos has mostrado una parte de tu trastienda familiar, esa que todas las familias tenemos, pero que se oculta porque es un tema tabú del que no se puede hablar. Y menciono esto por dos motivos: porque al hacernos partícipes de ello estableces una genuina comunicación, un camino de ida y vuelta, con quienes admiramos tu trabajo artístico y literario y, sobre todo, porque al hablar con naturalidad de las dolencias de tipo mental (y no es la primera vez que lo haces, en otro de tus libros, La cárcel blanca, ya realizaste una valiosa aportación) contribuyes a ayudar a otras personas en situación similar y a eliminar el estigma social que todavía llevan asociado las 'enfermedades del alma'».
Se cerró el día con la firma de libros por parte de Joaquín y un concierto en el que actuaron Héctor Braga, Xuacu Amieva y Nuberu, y, con el himno de Asturias, finalizaron estos tres días tan intensos y emocionantes para todos aquellos que seguimos a Joaquín viendo en él esa persona que, como Concha Fernández manifiestó, «tanto ha hecho y hace por el folklore y la cultura tradicional».
La Asociación de Amigos de la Fundación Joaquín Díaz, agradece el ímprobo esfuerzo realizado por nuestra compañera Concha Fernández Pol, por organizar y coordinar este homenaje tan emotivo e intenso que hasta última hora, tan solo a escasos cuatro días de comenzar, aún tenía tantas y tantas cosas que hilar y que, su buen hacer y esfuerzo, logró curtir en tan brillante y memorable concierto-homenaje que, en su momento, podrá verse en «a la carta» en la Radio Televisión del Principado de Asturias.
Urueña 7, 8 y 9 JUL 2022. Heredad de Urueña
Sede del simposio y colabora: Bodega Heredad de Urueña
La frase «E pur si muove» se le atribuye a Galileo Galilei –aunque esté más que demostrado que no la dijo–, después de haber abjurado del contenido de algunas de sus teorías, expresadas en su tratado Dialogo sopra i due massimi sistemi del mondo Tolemaico, e Copernicano. Obligado, condenado y sentenciado en Santa Maria sopra Minerva, la actitud de Galileo venía a resumirse en castellano con una frase de un cuentecillo popular: «Tijeretas han de ser» (*). O sea, ustedes dirán lo que quieran, pero yo tengo razón.
Que el oficio de músico va ligado a viajes y desplazamientos se sabe desde siempre. Y que los instrumentos y algunas composiciones musicales han dado la vuelta al mundo podrá demostrarse sobradamente escuchando algunas de las ponencias que se han preparado para este simposio. De ahí la frase que da título a la reunión a la que hemos añadido que «también la música» participa obstinadamente de la misma verdad: desde la teoría pitagórica de las esferas hasta los trabajos sobre el heliocentrismo de Copérnico, Kepler o Galilei, la música y los músicos se han movido con mucha más dificultad que los propios planetas, pero se han movido.
Día 7 de julio
19:00 horas • Carlos Núñez: El viaje de la música celta a través de los siglos y del Atlántico
Día 8
11:00 horas • Faustino Núñez: América en la música española
12:30 horas • Gustavo Illades: El pregonero difusor en la Edad Media
17,00 horas • Paloma Díaz-Mas: La diáspora de la música judeo-española
Día 9
11:00 horas • (ponencia y concierto) Pedro Bonet: Tesoros musicales de las rutas del oro, la seda y las especias
22:30 horas • (concierto en el Teatro Principal. Medina de Rioseco)
Martirio y Raúl Rodríguez: Travesía
Información e inscripciones: info@funjdiaz.net
30 de junio de 2022. Almagro (Ciudad Real)
La Fundación Joaquín Díaz cede algunas piezas seleccionadas para la exposición: «Gil Vicente. Portugal y España en los albores del teatro europeo», organizada por el Instituto Nacional de las Artes Escénicas y de la Música en el Museo Nacional del Teatro sito en la villa de Almagro (Ciudad Real).
2 de mayo de 2022. Círculo de Recreo de Valladolid
Organizado por la Real Academia de la Purísima Concepción y la Asociación de Amigos de la Academia, tuvo lugar en el Círculo de Recreo la presentación del libro de Antonio Baciero En torno a las cartas de Beethoven al Archiduque Rodolfo. Editorial Arpegio. Sant Cugat del Vallès, 2021. 177 págs. ISBN: 978-84-15798-58-3
Recientemente Albert Ferrer Flamarich reseñaba en la revista Codalario: “La actual edición en español viene contextualizada y contrastada en profundidad como exponen las notas a pie de página. A partir del artículo «Algo más que un centenario: Ludwig Köchel» de 2001, Baciero presenta una panorámica humanista en una introducción esclarecedora que pincela algunos de los hechos y personalidades contemporáneas. Lo hace con mesuradas digresiones en la exposición de detalles y conexiones de corte histórico, político, social y artístico como los referidos a los contactos e influencias diplomáticas del compositor durante el Congreso de Viena. O como los del apartado sobre su hermano Johann van Beethoven y la estancia en casa de éste situada en Kerms semanas antes de morir. O sobre la cercanía más allá de la familiar entre el archiduque y el Infante Francisco de Paula, hermano de Fernando VII, a través de la canción La partenza con texto de Metastasio. Éste se recoge en el último anexo.
En las 87 cartas recogidas y escritas por Beethoven se percibe la veneración, las formalidades inevitables en el trato, la sinceridad y la fluidez de pensamiento y de prosa. El conjunto, no siempre datado, se presenta siguiendo una ordenación cronológica debida mayormente a los hechos mencionados en las mismas (indicando entre paréntesis la datación más probable) y se acompaña de un listado con los temas más relevantes tratados y el número correspondiente de carta, configurando una sintética base de datos”.
La presentación del libro y su autor, quien ofreció un interesante concierto con algunas de las obras reseñadas, corrió a cargo de Ángeles Porres y Joaquín Díaz.
24 de febrero de 2022
Radio Sefarad es un proyecto de comunicación de la Federación de Comunidades Judías de España, cuyos contenidos están dirigidos a la audiencia española e hispanohablante con la finalidad esencial de divulgar los valores éticos, culturales y científicos del judaísmo a través de su historia y desarrollo actual. Una de sus actividades culturales del pasado mes de febrero abordó el tema de la música popular sefardí en España, participando Joaquín Díaz y Mara Aranda, presentados por Rafael Alazraki (Presidente de la comunidad judía masortí de Valencia, Aviv) y moderados por Jorge Rozemblum, musicólogo y director de Radio Sefarad.
8 de junio de 2022. Valladolid
Entrevista a Joaquín Díaz por su 75 cumpleaños | Cuestión de prioridades
Cuestión de prioridades en cyltv.es >
1 de abril de 2022. Valladolid
La Fundación Municipal de Cultura del Ayuntamiento de Valladolid publica la edición impresa, no venal y de distribución gratuita, del catálogo de la exposición realizada en homenaje a los impresores, tipógrafos y litógrafos vallisoletanos que desde finales del siglo XV trabajaron en la ciudad dejando un numerosísimo legado cultural en forma de material impreso. A ellos y a sus valedores, los libreros y los lectores, se dedicó la muestra en la que, siguiendo un orden cronológico aproximado, se daba cuenta de sus años de actividad (comienzo, final o año conocido de impresión de algún ejemplar). Es imprescindible mencionar también a todos los estudiosos que durante dos siglos han recopilado, catalogado y ordenado los trabajos que se produjeron en los establecimientos tipográficos de la ciudad.
Los nombres de Rafael Floranes Robles, Bartolomé José Gallardo, Mariano González Moral, Marcelino Gutiérrez del Caño, Mariano Alcocer, Narciso Alonso Cortés, Domingo Rodríguez, María Marsá y Vilá, Anastasio Rojo Vega, Luis Fernández, Mercedes Fernández Valladares, Luis Resines Llorente, Celso Almuiña, Jesús María Palomares, Konrad Haebler, Frederick J. Norton, Antonio Palau y Dulcet, Francisco Vindel, Luisa Cuesta Gutiérrez, Luisa López Vidriero, Pedro Cátedra, Víctor Infantes, Julián Martín Abad, Agustín García Simón, Juan Hormaechea, María Casas del Álamo y otros investigadores y académicos, fueron esenciales para la elaboración de la muestra.
Se puede descargar el archivo PDF elaborado por la Fundación con el catálogo completo >
5 de abril de 2022. Valladolid
Se ha presentado en la librería Oletum, de Valladolid, la obra de José Luis Alonso Ponga «Semana Santa en Bercianos de Aliste. (Un) Patrimonio cultural inmaterial de Europa» editada por la Fundación Joaquín Díaz.
El acto contó con la presencia de Joaquín Díaz, el alcalde de Bercianos de Aliste Fernando González Rodríguez y el propio autor José Luis Alonso Ponga.
Luis Lozano Virumbrales
100 libros sobre liturgia, tratados de canto gregoriano de los siglos XVIII, XIX, XX, y obras con repertorio medieval.
Blanca E. García Minguela
Donación de libros de su biblioteca particular.
Familia Wattenberg
Libros y Revistas ilustradas procedentes de la Biblioteca de su bisabuelo José Sanpere Carrera.
Colección de mandolinas de Carlos Beceiro
Desde hace cuatrocientos años, la palabra mandolina se ha usado para describir una amplia gama de instrumentos. Unos se parecen a un laúd soprano o a una guitarra en miniatura, mientras otros son más como una pequeña cítara o un violín. Miembros de esta supuestamente homogénea familia se diferencian notablemente los unos de los otros en casi todos los casos.
¿Cómo debería ser la forma del cuerpo, fondo ovalado o plano? El número de cuerdas, ¿cuatro, cinco o seis órdenes? El método de pulsar las cuerdas, ¿púa o con los dedos? La afinación, ¿en quintas o cuartas? Hasta en el tipo de cuerdas, tripa, acero, cobre o una mezcla? Cada una de estas numerosas formas tiene su lugar en la historia de la mandolina, que se ha ido desarrollando a través de los siglos para realizar los diferentes estilos de música, desde el barroco y la ópera hasta el bluegrass, el choro brasileño, la bandola en Venezuela, polskas de escandinavia, jigs y reels de Irlanda o ragas de la música de India.
Sin embargo, cuando nos adentramos en el repertorio clásico que fue creado en el siglo XIX y principios del XX por una sucesión de virtuosos ejecutantes y compositores italianos, como Carlo Munier, Raffaele Calace y Silvio Ranieri, puede haber una pequeña duda sobre el tipo preferente de mandolina.
Su pequeño tamaño y su afinación, como la de un violín (sol, re, la, mi), han favorecido que italianos, portugueses y españoles extendieran este instrumento por todo el mundo.
Guitarra decorada del siglo XIX
Adquisición de una guitarra decorada, posiblemente procedente de Baviera y de la segunda mitad del siglo XIX, con pinturas de aves exóticas (una cacatúa y un ave del paraíso, entre ellas) cuyas plumas se usaban para embellecer los sombreros.