Parpalacio

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Editorial

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Los ejemplos que utilizó Francisco Salinas para apoyar sus postulados acerca del ritmo en las canciones españolas constituyen, probablemente, el más numeroso y mejor repertorio de temas populares del siglo xvi español. Los publicó en el libro VI de su tratado De musica libri septem y casi nunca se han interpretado porque sólo traían el primer verso, de modo que para cantarlos había que rebuscar los textos en Cancioneros y Romanceros de la época. Son esas canciones viejas que sugieren ecos eternos del “amor cortés”, que hablan de las hazañas de Bernardo del Carpio o de Rodrigo Díaz o que reproducen versos muy difundidos durante el final de la Edad Media. La grabación que edita ahora la Fundación viene avalada por textos de Ismael Fernández de la Cuesta (traductor de Salinas y uno de los mejores expertos en el tema) y Javier San José Lera (Universidad de Salamanca y especialista en la obra de Fray Luis y en la época de Salinas). El CD ofrece en la portada un framento de la obra de Antonio Moro, el bufón Pejerón, concretamente las piernas del personaje. Esos textos añosos y esas melodías antiguas son como las piernas sarmentosas del bufón inmortalizado por Moro, con una estética propia y distante, con una hermosa rudeza sobre la que se sostiene el humor del Rey y la diversión del reino. La enigmática mirada de Pejerón, ausente intencionadamente del cuadro seleccionado para la portada del disco, bien puede ser hoy para nosotros como la música fue para el ciego Salinas: algo imaginado, sentido, recordado, pero no visto. Así entendía el Maestro la canción popular y puede que aún hoy siga siendo la suya la mejor definición para la tonada de tipo tradicional: “melodía natural que impresiona las mentes de todos, que se graba en el espíritu de todos y que finalmente se fija en nuestra memoria de tal manera que no tenemos que pensar y nos hace como despertar de un sueño”.
El disco comienza con un baile “de moda”, al estilo extranjero, romano, pero acaba con un tono “Sacris solemnis” autóctono, el “Altísimo Señor”, y para la fiesta del Corpus Christi que, resistente a los embates del tiempo, se sigue interpretando todavía hoy curiosamente en algunas danzas de palos de esas que tienen aroma de siempre con más sugerencias de futuro que de pasado.

Visitas

Museo de La Casona
Junio a agosto 2006: 2.222
Total general: 188.120

Museo de Campanas
Junio a agosto 2006: 1.496
Total general: 128.398

Sala de exposiciones "Mercedes Rueda"
Junio a agosto 2006: 828
Total general: 44.549

Visitas a la página web:
Junio a agosto: 207.388


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Noticias

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Con la adquisición de 400 fotografías de pueblos y monumentos de Valladolid y su provincia se inició una nueva sección en la página web que recogerá iconografía antigua acerca del tema. Las instantáneas, procedentes de colecciones particulares e institucionales, podrán ser consultadas desde la página de la Fundación (http://www.funjdiaz.net/basefotos1.php) y desde la de la Diputación de Valladolid.

La Fundación ha preparado dos nuevos Cds para el Museo Etnográfico de Castilla y León en Zamora sobre los temas de “La indumentaria” y “Los oficios”. Serán presentados en la sede del Museo el día 15 de noviembre. El contenido se basa, como en el caso de los dos anteriores (“La Naturaleza” y “Los animales”), en grabaciones de trabajo de campo que reflejan la mentalidad popular acerca de los temas seleccionados.

En breve aparecerá el CD “Canciones populares del siglo XVI”, conteniendo temas recopilados en 1577 por Francisco de Salinas, músico ciego y catedrático de música en la Universidad de Salamanca, quien en el libro VI de su tratado De musica libri septem, reunió la que se considera primera colección de canciones populares españolas. En el disco han intervenido Joaquín Díaz (voz), Javier Coble (clave), Germán Díaz (vihuela y zanfona), Ana Alcaide (viola de teclas), Alberto Jambrina (flauta de tres agujeros y tambor de cuerdas), Patxi Pascual (flauta) y Luis Delgado (percusiones).

Apareció el libro “La Voz y la Memoria”, editado por la Fundación y conteniendo las actas del simposio celebrado en Urueña en abril del pasado año. La presentación coincidió con la clausura del simposio de este año acerca de la Voz y la Noticia en el que intervinieron diferentes profesores con el siguiente programa:
II Simposio sobre Patrimonio Inmaterial
LA VOZ Y LA NOTICIA: palabras y mensajes en la tradición hispánica
Jueves, 18 de mayo: La necesidad de comunicar
11.00 Juan José Prat Ferrer: La transmisión de los mitos en la tradición occidental (USek)
12.30 Luis Resines: Las “misiones”
16.00 Antoni Rossell: El sirventes: una estrategia métrico-melódica (oral) para la difusión de ideas y noticias en la edad media.(UA Barcelona)
17.30 Mariana Masera: Mensajes a América (Unam, Mexico)
Viernes, 19 de mayo: Formas de comunicar
11.00 Carlos Blanco: Periodismo y tradición
12.30 Luis Díaz Viana: Oralidad y mentalidad: noticia y memoria en las narrativas del pasado (CSIC)
16.00 Gonzalo Abril: De Jerónimo Nadal al hipertexto: el lenguaje de la información en la cultura visual (UCM)
17.30 Juan Antonio Pérez Millán: Palabra e imagen. Argumentos y guiones cinematográficos (Filmoteca Cy L)
Sábado,20 de mayo: La noticia en la tradición oral
11.00 Ramón García Mateos: Los pregones y pregoneros en la literatura
12.30 Pedro M. Piñero: Los Romances noticiosos en la tradición oral andaluza (U. Sevilla)
16.00 Jose Manuel Pedrosa: La tradición en las leyendas urbanas de hoy (U.de Alcalá)
17.30 William Kavanagh: Los trashumantes y la noticia.

El día 1 de agosto se abrió, en la Sala de Exposiciones Mercedes Rueda, la nueva exposición sobre el “Arte de tunar”, con piezas de la colección de Roberto Martínez del Río, de Luis Delgado y de la propia Fundación. El Catálogo, que contendrá estudios sobre el tema además de las fotografías y grabados expuestos, saldrá a finales del mes de noviembre.





Otro buen amigo mío, Antonio Corral Castanedo, ha aludido recientemente a una vieja tradición folklórica de Urueña: la costumbre de que al día siguiente de la boda, se cumplía una especie de rito, que era bajar por la cuesta hacia la ermita de la Anunciada «a correr a la novia», de la mano del novio, ya marido. Es cierto que hubo esa costumbre. Pero yo quiero, a este propósito, añadir otra vieja tradición, que dudo mucho que esté aún vigente: cantar «los pajaritos» durante el banquete de la boda. Era una especie de pugilato entre todos los asistentes al banquete, para ver quién tenía más ingenio en inventar letrillas bien rimadas. La vena poética, amigos.

La cosa empezaba generalmente con esta estrofa:

Cantaban los pajaritos
a la sombra de un magnolio
y en su lenguaje decían
vivan los señores novios.

Y aquí venía el intervenir los invitados para lucir su ingenio, porque cada estrofa que aportaba uno de los invitados era seguida por ésta:

Esta si que se lleva la gala,
ésta si que se lleva la flor;
ésta sí que se lleva la gala,
esta si, que las otras no.

Cada invitado iba «sacando de su cabeza» otra estrofa parecida, que siempre merecía el beneplácito de la concurrencia al banquete con la que empieza «Esta sí que se lleva la gala...». Unos ejemplos recordados:

Cantaban los pajaritos
a la sombra de una encina,
y en su lenguaje decían
viva la señora madrina.

Cantaban los pajaritos
a la sombra de un olivo,
y en su lenguaje decían
que viva el señor padrino.

Seguían otros inventando estrofas alusivas a los padres de los novios, al cura que los casó, a quien regaló el vino para la mesa..., y a cada una de esas coplas se coreaba. «Esta sí que se lleva la gala...»

Al final, todos cantaban esta extraña estrofa:

Cuatro toledanas
vienen de Logroño
a servir a la mesa
de los señores novios

Nunca pude saber la razón de que unas toledanas vinieran de Logroño, si no era por el afán de buscar forzados asonantes.

Acontecimientos locales

Tal era la afición, en los tiempos a que vengo refiriéndome, a comentar «en verso» cuanto ocurría en Urueña, que era frecuente ver cómo había siempre quien hiciera versos con cualquier motivo local.

Recuerdo haber oído en el portal de la iglesia recitar los versos del día de San Antón. Los mozos del pueblo acudían en tal día a bendecir el ganado y, caballeros en mulas o en borricos bien enjaezados, recitaban romances que nadie sabía quién los había «sacado», a veces con cierta mordacidad, sobre temas que a la sazón estuvieran de actualidad local. Recuerdo —de hace nada menos que sesenta años— parte de uno de aquellos romances, en los que, como las costumbres son las costumbres, podía decirse todo cuanto no se atrevería nadie a decir en otras circunstancias.

¡Oh, glorioso San Antón!
Aquí te vengo a contar
que el alcalde de este pueblo
se esta portando muy mal.

En la carretera nueva
se ha gastado un dineral,
y estamos sin carretera
y ahora manda trabajar
gratis a «tos» los obreros,
porque ya no tiene un real.

Once mil metros de piedra
nos dice que hay que arrimar,
haciéndonos falta tiempo
para ganar nuestro pan.

Recuerdo también, de cuando yo no tendría más de ocho o nueve años, que con motivo de un baile, se cantaron por el pueblo unos versos con un sonsonete musical, de los que no recuerdo más que dos estrofas:

Los señoritos de Uueña
les gusta mucho alternar
y no tienen tres pesetas
para pagar un local.

En la escuela de los niños
baile quisieron tener
fueron a ver al maestro,
que si se la «quié» ceder.
El maestro les contesta
con muchísima razón
que la escuela de los niños
tiene una misión mayor.

Sigue todo el relato de la cuestión, que yo no recuerdo con exactitud.

Baste, pues, de momento, como muestra de lo que yo considero vena poética que preside siempre todo el folklore de este medio rural, representado en este caso por Urueña, en la provincia de Valladolid”.

Angel Lera de Isla, 1981




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