Parpalacio

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Editorial

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De los cuatro espacios monacales que Urueña vio nacer durante la Edad Media, el del Bueso es el más moderno. Su creación fue azarosa y sus primeros tiempos difíciles. Gracias a los Condes de Urueña se construyó en el siglo XV una capilla con la intención de sustituir a la primitiva, seguramente más pobre, aunque sin duda dedicadas ambas a Nuestra Señora de la Anunciación.
Lo que queda hoy del conjunto de la Abadía, que dependió de la casa madre de San Benito en Valladolid, es bin poco. Apenas unas ruinas, en cuya superficie se ha comenzado a excavar este verano con el permiso de los actuales propietarios de la finca en donde se halla ubicado el antiguo monasterio, que son los PP. Jesuitas de Villagarcía de Campos.Los primeros pasos han dado escaso resultado pues sólo se ha llegado al nivel primitivo del suelo. Sin embargo, la confianza de que futuras campañas sirvan para descubrir sobre el terreno el antiguo trazado y planta de la iglesia así como las demás construcciones anejas, nos anima para continuar en la tarea y para emprender el próximo año una segunda fase de la excavación.

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-La última semana del mes de agosto ha tenido lugar en Viana de Cega la VII Muestra de Música Tradicional "Joaquín Díaz"; la edición de este año se ha dedicado al folklore infantil, celebrándose un simposio, actuaciones musicales, exposiciones temáticas y otras muchas actividades.

-Durante el mes de noviembre se celebrará en la provincia de Soria el VII Curso de zanfona, que la Fundación organiza junto con la Asociación Ibérica de la Zanfona.

-La Cátedra de Estudios sobre la Tradición tiene previsto realizar durante los meses de noviembre y diciembre dos cursos monográficos que versarán sobre Los museos etnográficos y el arte popular. El interesado pude obtener mayor información en la sede de la Cátedra, en la Facultad de Medicina (planta baja, ala izquierda) de Valladolid.

-El día 22 de septiembre fue inaugurado en Urueña el Aula arqueológica "Mercedes Rueda" que la Fundación ha realizado con diversas aportaciones de la Familia Rueda, los planes Leader y Futurés, y la Dirección general de patrimonio de la Junta de Castilla y león. En ella se aborda mediante paneles, maquetas, reproducciones y piezas arqueológicas el pasado medieval de la villa de Urueña. Al acto de inauguración asistieron, entre otras personalidades, la Consejera de Educación y Cultura de la Junta de Castilla y León, el Presidente de la Diputación de Valladolid y el Rector de la Universidad de Valladolid. De este modo se amplían a tres las ofertas museísticas que ofrece la Fundación en Urueña actualmente.

-Ya se puede acceder a la página Web que la Fundación tiene en la red Internet. En ella se puede encontrar amplia información actualizada permanentemente sobre la Fundación, sus fondos museísticos y documentales, actividades, la Cátedra de Estudios sobre la Tradición, etc. La dirección es la siguiente: www.funjdiaz.net Para entrar en contacto con la Fundación mediante correo electrónico, puede utilizarse la dirección: funjdiaz@funjdiaz.net





El Monasterio del Bueso


Otro monasterio vino a unirse a la naciente congregación (de San Benito de Valladolid). Este monasterio fue el de Santa María de la Anunciación de El Bueso, sito cerca de la Villa de Urueña en la diócesis de Palencia ( hoy provincia y diócesis de Valladolid), en un valle fresco que rodea toda una región árida en medio de un pequeño bosque de donde seguramente le viene el nombre ( del latín bosetum ). Este monasterio era propiedad de los Duques de Osuna, quienes habían reconstruido en 1450 una capilla dedicada a la Virgen y la habían confiado a un grupo de eclesiásticos y seglares piadosos que eran conocidos con nombre de “beatos” y de aquí nació el monasterio.

Con el tiempo, el pequeño cenobio de El Bueso llegó a ser cabeza de una pequeña congregación de ermitaños que comprendía los monasterios de Valdebusto, Hontanar y el Espinar. Estos ermitaños vivían bajo la llamada media regla de San Leonardo, no aprobada por la Iglesia. No se sabe exactamente por qué (si por decadencia o por deseo de afiliarse a una orden religiosa antigua) el superior Fernando de Tizona con algunos compañeros se pasó al convento de dominicos de la villa de Toro. Los dominicos de Toro expulsaron de El Bueso a los religiosos que quedaban y Fr. Juan de Gumiel los amparó en Valladolid y les dio el habito benedictino entre 1459 y 1460. Estos religiosos (con Tizona que había venido de Toro) en agradecimiento hicieron donación de sus personas con todo lo que tenían al monasterio de Valladolid.

Después de haber profesado en San Benito, en manos de Fr. Juan de Gumiel y gracias a una bula que les alcanzó de Eugenio IV para este fin, Tizona y sus compañeros fueron enviados a El Bueso, cuyo convento había transformado los vallisoletanos en monasterio benedictino en 1460, con aprobación de D. Pedro de Castilla, obispo de Palencia, quien el 18 de abril de 1460 les señaló lugar para la edificación de la iglesia, convento y cementerio, por medio de un delegado suyo, el clérigo Domingo Rodríguez.

La fundación del nuevo monasterio se hizo así: El delegado del obispo de Palencia, revestido de los ornamentos sagrados, tomó una cruz de palo y la colocó en el lugar donde debía construirse la iglesia, roció todo el contorno con agua bendita y colocó la primera piedra y luego cuatro cruces más, en las cuatro direcciones de los puntos cardinales. Dentro del espacio de las cuatro cruces debía edificarse la iglesia, el convento y el cementerio con todas las dependencias necesarias, y les señaló también el terreno destinado a huerta. A continuación dijo misa en la antigua capilla allí existente y puso al monasterio bajo la advocación de Santa María de la Anunciación.

Los recursos de la pequeña comunidad eran muy pocos. Tanta era al principio la necesidad que para poder sustentarse, los nueve monjes venidos de Valladolid vendieron algunos objetos de plata y telas que tenían y pidieron prestado algún dinero a San Benito. Con ello pudieron pasar el primer año, no sin dificultades porque les metieron en pleito los religiosos del Abrojo y los del monasterio de Almohadilla con el que hicieron cierto contrato porque al parecer tenían algún derecho sobre El Bueso.

Poco después de la fundación, Tizona, el antiguo superior, arrepentido de lo hecho, marchó de El Bueso otra vez al convento de dominicos de Toro, llevándose consigo privilegios, escrituras y bienes. Enterado de su marcha, Fr. Juan Gumiel llamóle a la obediencia, pero en vano. Entonces castigóle con censuras eclesiásticas el 2 de enero de 1461, pero todo fue inútil. En esto murió Tizona y Fr. Juan de Gumiel reclamó a los dominicos la escritura de donación de El Bueso que Tizona hizo a Valladolid. Los dominicos no quisieron ceder, puesto que algunos “beatos” habían profesado en su orden y El Bueso era de todos. Así empezaron los pelitos entre dominicos y benedictinos que por cierto fueron muy reñidos. Sólo llegó la paz después de la intervención de altas personalidades, tales como don Pedro de Castilla, obispo de Palencia, el Condestable de Castilla y el Prior de la iglesia de Valladolid, don Juan Rodríguez de Toro. Este último, actuando como juez en ambas partes, dio sentencia a favor de san Benito y mandó a los dominicos de Toro de volver a El Bueso cuanto Tizona había llegado consigo a Toro.

Pío II por bula del 1 de febrero de 1463 ratificó la sentencia del prior de la Colegiata de Valladolid y sólo entonces Fr. Juan de Gumiel pudo implantar definitivamente la reforma en El Bueso. El monasterio fue prosperando, y poco a poco se edificó la iglesia y las demás dependencias conventuales.

Ernesto Zaragoza Pascual: Los generales de la congregación de San Benito de Valladolid. Tomo I. Silos 1973.




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