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Editorial

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Uno de los acontecimientos que más decisivamente han influido en la historia reciente de Urueña fue el incendio que destruyó buena parte de la población en 1876. La fuerza del viento unida a la circunstancia de agruparse las casas en hileras y estar prácticamente comunicadas las cubiertas bajo cuyas tejas se extendían tobas y cañizos secos, sirvió para propagar y llevar el incendio a todos los extremos de la Villa murada. El Norte de Castilla siguió con atención la desgraciada circunstancia e incluso llevó a cabo una suscripción popular para subvenir a los gastos cuantiosos que las llamas ocasionaron. Publicamos en las páginas centrales de este boletín la noticia que dio dicho diario al día siguiente del hecho. Dentro de la desgracia hubo, sin embargo, una parte positiva: se comenzaron a edificar nuevas casas, algunas de ellas sólidas y elegantes, que mejoraron el conjunto arquitectónico y sanearon la población modernizándola. Para el zócalo de algunas edificaciones se aprovechó piedra procedente de la derruida iglesia de san Andrés y otra parte se trajo de las canteras de Campaspero.

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Noticias

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-II Curso práctico de arqueología medieval
Del 1 al 24 de julio se celebra este curso junto con la excavación emprendida años atrás en el yacimiento arqueológico de "los Pedregales", en Urueña. Destinado a alumnos universitarios, está organizado por la Fundación, dirigido por Jesús Alvaro Arranz Mínguez y cuenta con la colaboración de la Universidad de Valladolid y la Diputación Provincial.

-Conciertos de verano
Como en años anteriores, los domingos del mes de julio se celebran los conciertos de música tradicional, en el patio de la Casona sede de la Fundación. Coordinados por Paco Díez, los grupos participantes son:
-Romanciando (Islas Canarias) (día 7)
-La Ciapa Rusa (Italia) (día 14)
-Alturas (Perú) (día 21)
-Banda de música "Santo Niño" (Valverde de Júcar,Cuenca) (día 28)


-El pasado 27 de marzo visitó oficialmente la sede de la Fundación el Presidente de la Junta de Castilla y León, Juan José Lucas, acompañado por el Consejero de la Presidencia José Manuel Fernández Santiago y el Presidente de la Fundación y de la Diputación Provincial, Ramiro Ruiz Medrano.

-Editado por la Fundación Machado, de Sevilla, ha sido publicado el libro de Joaquín Díaz El traje en Andalucía. Estampas del siglo XIX.

-El 20 de junio se presentó en Madrid, en la sede de la Sociedad General de Autores, el último disco de Joaquín Díaz Das Kölhner Konzert.

-La Fundación y la Diputación Provincial de Valladolid han firmado un convenio para la realización de la exposición "Civitas" que se celebrará en Valladolid en noviembre y diciembre próximos, en el marco de las actividades conmemorativas del IV Centenario de Valladolid Ciudad; será Comisario de la misma Antonio Sánchez del Barrio.

-El sábado 6 de julio se celebró en Urueña el Día del Encaje de Castilla y León, en el marco del VI Curso de Encaje, organizado por la Fundación y la Asociación para el Encaje de Castilla y León.

-Ha sido publicado un nuevo folleto del museo de Campanas Colección Quintana, en el que se recogen los textos de los paneles de dicho museo.



Han sido adquiridos para la colección del museo, tres nuevos instrumentos mecánicos: un Herophon, una Intona y un Gramófono "La Voz de su Amo". Se han dispuesto en la primera sala del piso alto de la Casona.



El Norte de Castilla


Mota del Marqués 4 de octubre de 1876


Señor Director de EI Norte de Castilla.
MUY señor mío y de mi mayor respeto. Impresionado en gran manera mi espíritu al escribir estas líneas de desolación a las doce de la noche del 3 de octubre; al considerar que en este aciago día no se veía en el pueblo de Urueña otra cosa que luto, llanto y desesperación; que a las doce de su mañana empezó el fuego en una manojera de D. Justo Peréz Minayo, y que a las cinco de la tarde había devorado unas 120 casas de nueva y antigua construcción, y que algunos de sus dueños no han podido recoger un átomo de los muchos intereses que en ellas conservaban; mi pluma se resiste a describir en el papel el cuadro desgarrador que sus afligidos habitantes allí representan ante los ojos de los muchos forasteros que han subido a protegerles.
¡¡ Santo Dios!! A las doce de la mañana de este desventurado día teníamos labradores de buena y desahogada posición, y a las cinco de la tarde las llamas habían consumido todos sus muebles, sus ropas, el metálico y alhajas, sus graneros y sus pajares, no dejándoles otra cosa que ojos para llorar; en aquella misma hora muchos de la clase media y jornaleros contaban cada cual con su casita, más ó menos amueblada, con más ó menos recursos; en pocos momentos, y como por encanto, la veían desaparecer de su atribulada vista y cuantos objetos poseían, no oyéndose por doquier sino ayes lastimeros y llantos conmovedores de los niños, de las mujeres, de los ancianos, de los padres y hasta de los muchos forasteros de los pueblos inmediatos que concurrieron a presenciar la catástrofe.
¡¡Horror, horror!! Por todas las calles de la población se veían en desorden jergones, colchones, ropas, trigo, legumbres y otros efectos que sacaban de sus casas al aproximarse el elemento fatal, destruyéndose la mayor parte de ellos con las aguas que del cielo descendieron ya de noche; las labranzas y caballerías menores, los cerdos y las aves, huyendo como espantados de las casas de sus dueños, buscaban su salvación en las eras, en el campo y en el viñedo, destruyendo su plantación y comiendo su escaso fruto para saciar su hambre, de modo que en todas partes perseguía la desgracia a los infortunados habitantes del pueblo de Urueña; quédales únicamente el consuelo de no sentir desgracias personales, por más que sus perdidas alcancen una cifra incalculable y de no pequeña consideración. ¡Dios se apiade de ellos y les conceda la resignación que necesitan para conllevar tantos infortunios!
El Juzgado recibió el parte sobre las cuatro de la tarde del día fatal, e inmediatamente se puso en camino para Urueña, que dista dos leguas de la capital de partido, y se ocupa sin levantar mano de instruir las primeras diligencias en averiguación de las causas productoras del siniestro.
También concurrieron con prontitud al lugar del incendio los guardias civiles de aquí y Villardefrades, cuyos servicios han de ser apreciados en sumo grado por las personas que tengan sus intereses en las calles y otros puntos de la población.




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