La exposición que acaba de abrirse en el Centro e-lea Miguel Delibes de Urueña, comisariada por Joaquín Díaz y auspiciada por esta Fundación y la Jorge Guillén, se debe principalmente a la generosidad de una persona, la antropóloga alemana Christiane E. Kugel, y su familia. A ellos debemos la donación de la impresionante colección de más de 5.000 piezas de religiosidad popular que se depositaron hace casi un año en nuestra Fundación, y a las facilidades dadas en todo momento para su catalogación y exposición se deben los títulos principales que encabezan cada una de las doce partes en que se ha dividido la muestra: Las creencias, religiones primitivas, la naturaleza y la devoción, el culto a los muertos, aras y altares, los relicarios, el tiempo, los símbolos, la plegaria, la protección del cuerpo, la medicina de Dios, y finalmente votos y promesas. Desde hace muchos siglos el número 12 aparece unido a la búsqueda de la armonía y a las energías espirituales. Confiamos en que así sea y que la exposición ayude a conocernos mejor y a reflexionar acerca de los principios y normas que rigen nuestras vidas.
Las creencias son, precisamente, las ideas que dan contenido al primer espacio. La religiosidad popular tiene su origen en la necesidad del ser humano de afirmar, en público o en privado, el arraigo de sus creencias: se nos identifica o se confía en nosotros por lo que creemos y por cómo lo hacemos. No olvidemos que credenciales, acreditación y crédito -palabras tan en uso hoy- tienen la misma etimología que creencia. El escritor y arqueólogo Juan Luis Arsuaga hace en el primer espacio una consideración acerca de los diferentes tipos de religiones y creencias que se dieron en la prehistoria, y se detiene en ese tipo de dioses menores que se preocupan de las relaciones entre individuos. A ellos, a esos ángeles, arcángeles, espíritus celestes y hierofanías que nos asombran, que guían nuestros pasos y velan por nuestra seguridad está dedicado el segundo espacio de la muestra: el Apocalipsis nos habla de los siete ángeles que estaban en la presencia de Dios y a los que se les encomienda que nos adviertan del peligro de desviar nuestro camino del recto comportamiento.
En el tercer espacio, algunas de las antiguas formas de concebir el cosmos, mucho más naturales que las que hoy día damos por buenas, recuerdan al ser humano su diminuta dimensión y su dependencia de la naturaleza, con la que en otros tiempos convivió y a la que llegó a rendir culto.
El cuarto espacio de la exposición nos muestra las distintas formas en que el individuo honró siempre a sus ancestros. Un par de estelas discoideas halladas en Urueña y adornadas con cruces patadas aportan la antigüedad de esas costumbres y dan un oportuno toque localista a la muestra.
El quinto espacio se dedica al altar. El altar, la piedra antigua en que se ofrecían los sacrificios a la divinidad, fue convertido por los cristianos en la figura sacramental de Cristo y es ese mismo Cristo el que honra los restos de los mártires que a veces se colocan bajo el ara siguiendo la tradición de la liturgia romana. A esas sagradas reliquias, que provocaron el rechazo de los luteranos y originaron la contrarreforma, está dedicado el sexto espacio.
En el séptimo, se ve reflejado el santoral y las fiestas que durante el año celebran los cristianos. En una natural simbiosis se mezclan el año litúrgico, los nombres de las personas y el comportamiento de los astros.
El octavo espacio está dedicada a los símbolos: Los griegos llamaban simbolon a una pieza de cerámica (a veces una teja del tejado de la propia casa) que, cuando un amigo salía de viaje se partía en dos y se le entregaba una parte, quedándose con la otra el dueño de la casa. De ese modo, le serviría de recuerdo y, si volvía, le identificaría. Todos los símbolos que hoy día tenemos como normales y usamos de forma natural, como la cruz por ejemplo, tienen detrás una poderosa carga simbólica que los fortalece y da sentido.
A través de la oración y las múltiples formas de dirigirnos a Dios se desarrollan los tres siguientes espacios. Estampas, pliegos, detentes, escapularios, rosarios y otros muchos objetos devocionales atienden al deseo innato de proteger nuestra integridad de los peligros, así como a la necesidad de encontrar en algo o alguien la fuerza de esa protección.
El último espacio está dedicado a algunas piezas que proceden de una «experiencia religiosa elemental, directa y completamente personal», como diría Christiane E. Kugel, y se basa en la interesante colección de exvotos que recogió en su estancia mejicana, aunque formalmente las piezas respondieran siempre a una antigua tradición europea.
La idea de que el alma de los individuos está por encima de las formas culturales es el leit motiv de esta exposición. La curiosidad impenitente de Christiane y su afición a observar a quienes le rodeaban anotando y estudiando cuidadosamente sus costumbres nos permiten hoy disfrutar del resultado de su pasión y de su esfuerzo.
Museo de La Casona
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26 de julio de 2023. Cancionero de Romances
Nuestro buen amigo David Muñoz (Cancionero de Romances) publica un sentido homenaje a Elena Casuso, donde detalla su experiencia al conocer a la persona que tanto ha significado y significa en la vida de Joaquín Díaz.
22 de septiembre de 2023. ETS de Naútica, Universidad de Cantabria. Santander
En el Salón de Actos de la Escuela Técnica Superior de Náutica, de la Universidad de Cantabria, tuvo lugar un homenaje a Joaquín Díaz, a beneficio de la obra de Ángel Olaran en Wukro (Etiopía). Participaron Chema Puente, Luis Mari Sánchez, Esteban Bolado y los coros «Tierra Verde» y «Santa María de Cueto», dirigidos todos por José Ramón Rioz Ruiz. El público, que llenó el Salón de Actos, terminó cantando con los artistas «Santander la marinera», un clásico de Chema Puente. Debemos a Amaia Carracedo las fotos y el video del momento final.
26 de junio de 2023. Santo Domingo de Silos
La Fundación Joaquín Díaz ha renovado la colección en el Museo de Instrumentos de la Asociación de Amigos de Silos. Con nuevas incorporaciones, láminas de cada familia de instrumentos y actualizando la información que ofrecen las cartelas, el Museo sigue ofreciendo la exposición «Los Sonidos de la Tierra» que se distribuye en dos plantas y se articula siguiendo la clasificación de los instrumentos en cuatro grandes familias: aerófonos, cordófonos, membranófonos e idiófonos.
Inauguración: 19 de septiembre de 2023. Centro e-Lea Miguel Delibes. Urueña
El Presidente de la Diputación de Valladolid, Conrado Iscar, acompañado por Selma Kugel, inauguró la exposición «La religiosidad popular», con piezas de la colección de Christiane E. Kugel, que las hijas de la antropóloga alemana donaron a la Fundación. La exposición está en el centro e-lea Miguel Delibes de la Diputación de Valladolid gestionado por la Fundación Jorge Guillén.
El Presidente de la Diputación dijo al terminar el recorrido: «Más allá de la fe personal de cada uno, esta muestra nos ofrece un recorrido por las creencias y la religiosidad personal y familiar, lo que constituye una forma de vivir la religión de manera íntima y espontánea que no busca justificarse ni legitimarse».
La religiosidad popular que da título a esta exposición tiene su origen en la necesidad del ser humano de afirmar, en privado o públicamente, el arraigo de sus creencias. La antropóloga Christiane E. Kugel investigó el complejo entramado de las devociones desde el estudio de sus orígenes, pero también desde su propia afición a coleccionar los objetos y piezas que sustentaban materialmente sentimientos y emociones. Descubrir que el alma del individuo está por encima de las formas culturales también le sirvió para reflexionar sobre los diversos modos en que recibimos, conservamos y transmitimos nuestra confianza en un orden universal que guarda su equilibrio gracias a nuestro caótico y arbitrario comportamiento. No existen normas que velen por ese equilibrio: cada uno encontrará entre el exceso y el defecto la medida que condicionará su comportamiento y su modo de ser.
La colección Kugel, compuesta por miles de objetos que revelan la amplitud de esos comportamientos, ha sido donada por la generosidad de la antropóloga y sus hijas, a la Fundación Joaquín Díaz que muestra aquí una parte de su riqueza.
Descarga de catálogo online 16 MB >Apasionada de la riqueza de la expresión popular en objetos de manufactura artesanal, Christiane E. Kugel coleccionó durante toda su vida diversas piezas que expresaran lo más profundo de la fe de las personas. Estuvo atenta a estas manifestaciones particularmente en México, donde vivió de 1968 a 1975, y en España, donde se asentó a partir de 1975: las coleccionó, clasificó y estudió, y les dedicó escritos tanto científicos como de divulgación.
En su juventud cursó estudios de literatura, historia y ciencias políticas en las universidades alemanas de Münster, Freiburg im Breisgau y Stuttgart.
Su formación académica le permitió, en los 45 años que dedicó al estudio de temas de la cultura española y, sobre todo, andaluza, combinar el rigor del trabajo académico con una sensibilidad que se hace patente en la selección de objetos para sus colecciones: predomina siempre el valor de la expresividad, la profundidad de la tradición heredada de generación en generación a través de objetos sencillos, de materiales modestos y a veces efímeros, utilizados en fiestas patronales, en la devoción personal, en los momentos de gozo y de sufrimiento, de agradecimiento y de necesidad.
Esa misma sensibilidad se hace patente en otros ámbitos de su interés, como son la importancia del agua en la Alhambra y en los jardines arábigoandaluces y sus aspectos religiosos, simbólicos, sociales, arquitectónicos y paisajísticos. Investigando y compartiendo su afecto por su país de adopción, también incursionó en temas emblemáticos de la cultura española, como son el azabache, la cerámica fajalauza, el flamenco, la capa y otros más.
Christiane E. Kugel nació en 1932 en Bremen, Alemania, y falleció en 2020 en La Herradura, Granada.
Inauguración: 28 de septiembre de 2023. CentroCentro - Plaza de Cibeles, Madrid
El 28 de septiembre se inauguró en CentroCentro la exposición «Madrid desde el baile». Comisariada por Massimiliano Casu, la muestra recorre la vinculación entre el baile y la ciudad de Madrid desde la prehistoria hasta nuestros días.
La Fundación Joaquín Díaz participa en dicha exposición aportando varios instrumentos de la colección de La Casona.
A lo largo de los meses de exposición, CentroCentro organiza un programa público gratuito con presentaciones, charlas y visitas guiadas.
Inauguración: 4 de octubre de 2023. Sala de exposiciones de la Casa Revilla. Valladolid
En la sala de exposiciones de la Casa Revilla se inaugura la exposición «El Folklore a Revista. 500 números de la Revista de Folklore», un recorrido por la historia de una publicación que alcanza la cifra redonda de 500 números después de 43 años de existencia.
Tercer sábado de cada mes, 2023. Centro e-LEA Urueña
El día 21 de octubre retomamos las conferencias de EL ACERVO COMÚN con Carlos Piñel hablando sobre el tema: «Tatuajes y símbolos».
Desde la Fundación Joaquín Díaz, la Cátedra de Estudios sobre la Tradición –de la Universidad de Valladolid (en colaboración con la Universidad Millán Santos)– pretende ofrecer a un público interesado y diverso algunos aspectos o temas poco difundidos del patrimonio cultural. Las conferencias, encuadradas dentro de un ciclo anual titulado «El acervo común», tendrán lugar a las 11 horas en el centro e-Lea «Miguel Delibes» de Urueña y habrá posibilidad de desplazarse hasta la Villa gracias a un autobús que pondrá Diputación de Valladolid a disposición de quienes deseen asistir.
Octubre 21 • 11:00h
Carlos Piñel: Tatuajes y símbolos
Noviembre 18 • 11:00h
Carlos del Peso: La entrada del moro y otras danzas
Diciembre 16 • 11:00h
José Luis Alonso Ponga: Representaciones de Navidad
Enero 21 • 11:00h
Santiago Bayón: Las vías pecuarias
Febrero 18 • 11:00h
Luciano López Gutiérrez: El habla rural de Delibes
Marzo 18 • 11:00h
Juan Francisco Blanco: Nuestras brujas y sus poderes
Abril 22 • 11:00h
Luis Vicente Elías: El vino de la infancia a la vejez
Mayo 20 • 11:00h
Fernando Manero: Territorio y memoria. La preservación de los paisajes
Junio 17 • 11:00h
Germán Delibes: La subsistencia en la prehistoria
Julio 21 (viernes) • 19:30h
Begoña Olavide y Carlos Paniagua: Salterios medievales
20 de septiembre de 2023
El Grupo de Acción Local (GAL) Colectivo para el Desarrollo Rural de Tierra de Campos es el responsable de «#RuralODS2030 en Campos y Torozos». Javier Paniagua, gerente del GAL señala: «con este proyecto queremos trabajar la mirada apreciativa. Es clave que la infancia y adolescencia miren, observen, descubran su pueblo, su territorio como un lugar para quedarse, para vincularse,… Un lugar para echar raíces y alas».
Dicho grupo contactó recientemente con Joaquín Díaz al considerar que la Fundación que lleva su nombre es una iniciativa única y singular que contribuye a salvaguardar y poner en valor el patrimonio etnográfico. Fruto de ese contacto son esta entrevista y el vídeo que aparece a continuación.
6 de julio de 2023. Casa de Zorrilla. Valladolid
Joaquín Díaz y Miguel Ángel Pérez Martín acompañaron a José Ignacio Hernández Toquero
en la presentación de su último trabajo discográfico en el jardín de la Casa de Zorrilla en Valladolid.
24 de septiembre de 2023. Restaurante Entretierras. Urueña
Organizada por el Restaurante Entretierras y la librería El Grifilm y patrocinada por Alimentos de Valladolid, tuvo lugar la presentación de la última novela de Elvira Lindo En la boca del lobo. Joaquín Díaz abrió el diálogo con las siguientes palabras:
«Elvira Lindo comienza su novela En la boca del lobo con una declaración de principios tomada de un poema de Horas de invierno, uno de los últimos libros de la inolvidable poeta americana Mary Oliver: “Una voz muy débil en mi interior sugiere una posibilidad: ¿cómo va a haber redención y resurrección sin un gran sufrimiento? ¿Y no son acaso la lucha y la superación las auténticas tareas de nuestras vidas? Puede que dentro de diez años piense de otra manera. Entretanto, esto es lo que sé: la maldad forma parte de nuestro bello mundo”.
Parece que quien habla -y seguramente quien reproduce sus palabras también- está reconociendo la existencia de una zona de sombras en la vida, zona no siempre aislada o evitable. Decía Carl Jung, agudo conocedor del alma humana, que la propia aceptación es la esencia del problema moral que enfrenta al bien con el mal. El ser humano que se acepta a sí mismo, acepta todos sus aspectos negativos y, en esa imagen de la totalidad, acepta también todos los crímenes y pecados de la humanidad. “La maldad hoy –escribía Jung– se ha convertido en una fuerza incontenible. La mitad de la humanidad lucha y crece en una doctrina creada por el raciocinio humano. La otra mitad se hunde en la ausencia de un mito que explique las cosas que suceden”.
La historia de las religiones tiende a exponer el origen de la maldad en determinados relatos y mitos que simplifican su naturaleza y la convierten en un conflicto de fácil comprensión: el orden frente al caos. Estas formas simplistas de abordar problemas complejos que están en la propia naturaleza del ser humano, tratan de eludir un análisis serio y terminan por reconocer que el orden es un reflejo del poder divino mientras que el mal, el caos, no tiene explicación porque emana de lo oscuro, del desorden, de la ausencia de Dios. El libro de Job, aquel personaje tan paciente como incomprendido, es el primer alegato bíblico de un ser humano contra un Dios que parece desaparecido de pronto del mundo que creó: “Desde la ciudad gimen los que mueren, el herido de muerte pide auxilio, ¡y Dios sigue sordo a la oración!”.
La ausencia, la indiferencia o la sordera de Dios, sin embargo, no son la única explicación de la maldad. Hay, en casi todos los relatos de la creación una especie de pecado original que paradójicamente tiene que ver con la búsqueda del conocimiento. En alguno de esos relatos legendarios se nos presenta a Satán incluso como “el que sabe”, tratando de explicar la adquisición de los conocimientos por los humanos como un drama en el que mientras unos actúan otros son espectadores, si bien espectadores cansados de contemplar tanta angustia y tanta tristeza. Susan Sonntag ya supuso que la indiferencia que experimenta el individuo de hoy ante el dolor ajeno tendría mucho que ver con la saturación de imágenes destructivas que contemplamos a diario. Algo así como una insensibilización ante el horror, como un escudo ante la pena. Hannah Arendt también nos explicó que el mal podía llegar a ser banal, relacionando el asesinato de seres humanos con la frialdad de una burocracia capaz de justificarlo como si solo fuese un trámite administrativo en el que el único responsable era el funcionario.
La lectura de esta novela me ha dejado tres ideas acompañadas de tres reflexiones: el horror que puede instalarse en la vida de una persona por culpa de la maldad de otra, la arquitectura benéfica de la infancia que construye los sueños sobre instantes dorados y el geotropismo de las raíces que crecen hacia el centro de la tierra para fijar de forma permanente nuestras vidas a un predio, a un lugar. Las tres ideas explicarían un poco las dudas y las certezas de Julieta, la niña protagonista que se estrella demasiado pronto contra la realidad y a la que Elvira cuida y protege como si de su orfandad moral se pudiesen extraer las razones últimas de su comportamiento. El cuidado con que la autora va haciendo crecer a nuestros ojos la vida de Julieta me recuerda la actividad del alfarero que, haciendo girar el torno, es capaz de levantar una pieza desde el interior mismo de la pella de arcilla. La línea de la personalidad, al igual que la pared del cacharro, se va formando con los nudillos, la parte más dura y resistente de la mano, a la espera de que los pulgares y las yemas de los dedos den forma a la bola de barro desde su propio centro. Elvira consigue que Julieta nos cuente su vida desde dentro, le ayuda a que vaya modelando con los dedos las líneas de su vida, esas que le darán carácter y le irán confiriendo las cualidades que le van a diferenciar de quienes le rodean. ¿Cómo no pensar que casi todos los mitos sobre la creación nos presentan a dioses trabajando sobre el barro? ¿Cómo ignorar también que esos mismos dioses nos han creado en el interior profundo y oscuro de una pella de arcilla? Saramago reconstruye en su obra La caverna la alegoría que ya usó Platón para describir la estrecha prisión en que los dioses nos han abandonado. En esa cárcel percibimos las sombras de las cosas como si realmente fueran la verdad y solo la luz del exterior –la pérdida del miedo a la vida– nos librará del peso de las sombras, nos apartará de la tiranía de los monstruos que creemos ver proyectados en esas sombras y que se resisten a morir. Creo que ahí está el secreto de la existencia: ninguno de nosotros es imprescindible pero paradójicamente todos somos necesarios para demostrarlo. La concatenación de nuestras vidas nos hace alternativamente solitarios y solidarios. A veces nos asomamos a otras cavernas y otros prisioneros se asoman a la nuestra, pero no coinciden nuestros miedos y la contingencia gana por fin la batalla.
Hace unos años que, frente a una actitud positiva que solía acompañar todos mis pensamientos, he empezado a ver zonas de sombras en la vida. Recuerdo que, en la década de los 50, se organizaban en la plaza de toros de Valladolid lo que eufemísticamente se llamaban charlotadas, porque se supone que los niños que asistíamos teníamos que reírnos a la fuerza de las tonterías que allí se hacían como cuando veíamos una película de Charlot. Un aficionado de aquellos que no se perdían ni un solo espectáculo, ni siquiera las charlotadas, tenía la mala costumbre de levantarse indefectiblemente en el quinto toro, cuando ya el alcohol había empezado a hacer sus peores efectos –porque entonces se podían llevar botellas de cognac a la plaza–, y gritaba a pleno pulmón en el silencio que se apoderaba del coso cuando salía el astado: “¡¡¡Ese toro está enfermo!!!”. Los asiduos le conocían y solo comentaban: Ya está fulano… vaya castaña que tiene hoy. A veces, en efecto, el toro salía cojo o malo de verdad y entonces Fulano se pasaba repitiendo el resto de la corrida: Ya os lo decía yo…
Me temo que tendríamos que repetir más veces que esta sociedad en la que vivimos está enferma y que la enfermedad es la enfermedad, y es mala. No es extraño –dados los ejemplos que hoy ofrecemos a los niños– que una niña de pocos años piense que la delgadez es más importante que la salud y prefiera estar enferma antes que gorda. Pero está enferma. Y la maldad existe. Y hace daño. Y la permitimos y miramos para otro lado porque es más cómodo dejar hacer el mal que corregirlo.
En la boca del lobo es un ejemplo de cómo la bondad y la entereza pueden sobreponerse a esa maldad y Elvira nos explica con una enorme delicadeza algunas de la fórmulas con las que los humanos somos capaces de evitar las dentelladas del lobo o superar el dolor que nos causan».
Ya se encuentran en la Fundación los 18 volúmenes de la Enciclopedia de Diderot y D´Alambert, editada en 1751. Franco María Ricci hizo esta preciosa reedición en 1970 con una tirada limitada a 3.000 ejemplares.
Donación de la Asociación de Amigos de la Fundación Joaquín Díaz
Desde Arenal de Penagos, en Cantabria, llega a los fondos de la Fundación una original carraca triangular de gran formato, de tres lengüetas, que fue fabricada por un carpintero local en los años sesenta del siglo XX. La carraca, al modo de otros modelos conocidos cántabros o asturianos, se agarra con una mano el asidero situado a un extremo mientras que se apoya el vértice contrario a la altura de la cintura para, en disposición vertical, poder accionar con la otra mano la manivela y la rueda dentada. Ahora formará parte de la colección del Museo gracias a la donación de la Asociación de Amigos de la Fundación Joaquín Díaz.
Figuran además, entre las últimas adquisiciones, un tambor-redoblante de las primeras décadas del XX, de parches de piel tensado con seis palomillas, bordones entorchados, aros de madera y cuerpo central plastificado, procedente de Palencia; y un acordeón de botones, también de la misma capital, de finales del XIX o principios del XX.
También una preciosa pandereta romántica del siglo XIX pintada en el parche, con un motivo de un traje al modo goyesco inspirado en la pintura de la marquesa del Llano, de Mengs, de 1770.
Junto con todo lo anterior la Asociación de Amigos de la Fundación ha hecho entrega para el Museo de un par de palos de paloteo fabricados en los años sesenta del siglo XX, de la danza de la localidad de Turégano (Segovia), que se pueden ver actualmente en la exposición «La religiosidad popular» organizada por la Fundación Joaquín Díaz en el centro e-Lea Miguel Delibes.
También han llegado como donación una pareja de rabeles de dos y tres cuerdas fabricados en 2023 por Jesús García «El botas», de Campaspero (Valladolid), que fueron regalados a Joaquín por el propio artesano.