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Editorial

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Durante siglos el ser humano hizo uso del lenguaje oral para dos necesidades básicas: desarrollar su capacidades creativas y relacionarse. En el primer caso, la actividad se manifestó a dos niveles, uno especializado y otro más básico; en el especializado entraban quienes, gracias a una preparación fomentada desde la infancia, eran capaces de recoger de sus antepasados más cercanos una sabiduría tradicional, representativa de una cultura antigua, pero también estaban preparados para crear, sobre las bases de esa cultura, fórmulas y recursos expresivos nuevos de alto interés artístico y estético. En los últimos años el estudio de esos recursos y de las personas que los utilizaban se ha hecho más intenso y concreto pero aún falta una visión general que concilie y compare las numerosas llamadas de atención que se han ido produciendo acerca de las fórmulas orales y sus protagonistas. Algunas entidades internacionales como la Unesco y el Icom han insistido en la urgencia de esa actividad al percibir la desaparición o la valoración casi nula del lenguaje oral, no sólo frente al escrito sino frente al icónico y de la imagen.

La segunda necesidad del ser humano fue la de relacionarse y poner en común actividades y oficios. Cada una de esas actividades permitió crear un lenguaje preciso, directo y muy concreto que alcanzó un alto grado de desarrollo con la multiplicación de gremios y la diversificación de oficios en una sociedad que pretendía ser autónoma en los niveles básicos de subsistencia. De este modo, junto a un lenguaje coloquial y familiar –en el que se entreveraban fórmulas y expresiones muy creativas–, se fue perfeccionando otro profesional que recogía términos de uso imprescindible para actividades artesanales y gremiales. La perfecta adaptación de esa cultura oral a la vida de cada individuo le daba además una base lingüística muy amplia y una capacidad para comunicarse de forma precisa y funcional.

La Fundación ha organizado en el mes de abril un encuentro de especialistas en el arte verbal que tendrá lugar en Urueña para debatir todos estos temas, especialmente los relacionados con la historia de la oralidad, la literatura y sus conexiones con la tradición oral, y, finalmente, los recursos y procesos del arte verbal.

Visitas

Museo de La Casona
Diciembre 2004 a febrero 2005: 1.236
. Total general: 171.817

Museo de Campanas
Diciembre 2004 a febrero 2005: 1.554
Total general: 111.425
.
Sala de exposiciones "Mercedes Rueda"
Diciembre 2004 a febrero 2005: 708
Total general: 35.550


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Noticias

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-Entre los días 15 y 17 de marzo se celebró en la Universidad de Valladolid el Congreso Internacional sobre títeres titulado “La vida en un hilo. Transmisión de valores socioculturales a través del teatro de títeres en Europa”. Participaron como conferenciantes o ponentes Francesco Faeta, Brunella Eruli, Jesús Rubio, David Vela, Soledad Porras, Irene Vallejo, Joaquín Alvarez Barrientos y Fernando Herrero. Durante las tardes hubo sesiones de títeres a cargo de los grupos “La Ventanita” y “Titiriteros de Binéfar”. Desde el día 10 de marzo y hasta el 9 de abril se mantiene abierta una exposición acerca del mismo tema en el Salón de Rectores del Palacio de Santa Cruz, en la Universidad de Valladolid, con piezas de los Titiriteros de Binéfar, Julio Michel, Juan Hormaechea, Modesto Martín Cebrián y la Fundación.

-Entre los días 14 y 16 de abril ha tenido lugar en Urueña el curso titulado “la voz y la memoria: palabras y mensajes en la tradición hispánica”, con el siguiente programa:

-Jueves, 14 de abril:
Arte verbal antes del Renacimiento
11:00 h.-Luis Alberto de Cuenca: Homero y el arte verbal (CSIC).
12:30 h.-Ismael Fernández de la Cuesta: Auralidad y oralidad: composición, ejecución y transmisión oral en el gregoriano (Real Conservatorio de Madrid).
16:00 h.-Antoni Rossell: Recursos orales en los trovadores (Universidad Autónoma de Barcelona).
17:30 h.-Pedro M. Cátedra: La predicación como arte verbal en la edad media (Universidad de Salamanca).
19:00 h:-Mesa Redonda.

-Viernes, 15 de abril:
Literatura y oralidad
11:00 h.-Tatiana Bubnova: Voz, sentido y diálogo en Bajtin (Universidad Nacional Autónoma de México).
12:30 h.-Salvador García Castañeda: Literatura y oralidad en los Costumbristas (Universidad de Ohio State).
16:00 h.-Benedicte Vauthier: La tradición en Unamuno (Universidad de Lieja, Bélgica).
17:30h.-Antonio Piedra: La tradición oral en Guillén (Fundación Jorge Guillén).
19:00 h.-Mesa Redonda.

-Sábado, 16 de abril:
La tradición y lo oral
11:00 h.-Joaquín Alvarez Barrientos: Palabras y mensajes en la escena (CSIC).
12:30 h.-Jean François Botrel: Tradición, mediación e intermediaticidad en los pliegos de cordel (Universidad De Rennes, Francia).
16:00 h.-Jorge Manrique: Esencia del canto, germen del cuento (Director Villa del Libro).
17:30 h.-Joaquín Díaz: El estilo oral y el arte verbal (Fundación Joaquín Díaz).
19:00 h.-Mesa Redonda.

El Curso ha sido organizado por la Fundación y patrocinado por la Junta de Castilla y León (Dirección General de Promoción e Instituciones Culturales).





URUEÑA Y CARAMUEL

Juan de Caramuel, figura interesantísima del siglo XVII, ocupa un lugar especial en la historia de la cultura europea. Nacido en Madrid en 1606, estudió Filosofía y Humanidades en la Universidad de Vigevano, en la provincia de Pavía. Tras su ingreso en la orden del Cister estuvo en el Monasterio de la Santa Espina, completando su formación en los Monasterios del Monte Rama (Orense) y Santa María del Destierro (Salamanca). Fue profesor en los Colegios de Alcalá y de Palazuelos y se doctoró en Teología por Lovaina. Fue además abad en los monasterios de Melrose (Escocia) y Montserrat-Emaus (Praga), donde protagonizó un curioso episodio tras dirigir a un grupo de eclesiásticos organizando la defensa de la ciudad contra el asedio de los suecos. Fue obispo en Maguncia, Königratz, Otranto y Bejeven, renunciando al cardenalato al que quería elevarle Alejandro VII.

Su relación epistolar con Athanasius Kircher, el sabio jesuita alemán a quien había conocido en Roma, es muy interesante pues ambos estaban interesados en temas como la lengua, la arquitectura y la música. Con Marin Mersenne, otro conocido estudioso de la música que escribió la Harmonie Universelle, también mantuvo una correspondencia fructífera. Asimismo se sabe que tuvo innumerables conversaciones con un músico urueñés, fray Pedro de Urueña, quien fue compañero de religión y de monasterio, pues profesó en la Espina tras innumerables dificultades para aceptarle pues era ciego de nacimiento.

Tal vez sea la dedicación de Caramuel al mundo de la tipografía lo que le haga más cercano a Urueña, que está a punto de iniciar su andadura como “Villa del libro”. Juan de Caramuel y Lobkowitz escribió el Syntagma de arte Typographica, impreso en Lyon en 1644 y considerado como el primer tratado sobre el arte de la imprenta escrito en Europa. En él Caramuel daba una importancia inédita hasta entonces al libro y las artes gráficas, no sólo como medio para difundir sabiduría y cultura sino como arte para realizar un trabajo espléndido de edición cuyas habilidades corrían a cargo de cajistas, componedores e impresores. A través de un estudio diacrónico Caramuel diferencia la impresión China, realizada en planchas, de la inventada por Gutemberg basada en los tipos móviles. Su defensa del arte tipográfico concluye con un panegírico del libro y de sus autores y artesanos pues “sin letra no hay pasado, sin pasado no hay memoria y sin memoria no hay vida”.

Otros sabios de su época con los que mantuvo relación epistolar son Gassendi, Marci, Passerino, Cornelio, Hodierna y Descartes.

Caramuel murió en Milán en 1682 tras haber sido reconocido en vida como un sabio. Publicó más de 250 obras acerca de los temas más variados. Su erudición fue tal que sus contemporáneos afirmaban que aunque Dios permitiese que se acabasen el mundo y todas las ciencias, si sobrevivía Caramuel sería capaz de recuperarlas y restablecerlas. También destacó como artista e incluso como pintor, aunque no se conocen en este sentido obras suyas.




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