¿Quién dijo que todo está perdido? Parafraseando a Fito Páez tendremos que reconocer que la música étnica, la de raíz, la que se llamaba de tradición y se entregaba cuidadosamente de una generación a la siguiente, la siempre preterida y nunca olvidada, la que se alimenta del sentimiento y del recuerdo, esa misma, se ha revitalizado en una serie de conciertos que organizó con acierto y buen criterio la Fundación SGAE en la Sala Berlanga de Madrid. Esa música que se aprendía en las plazas y en las cocinas, que se elevó durante siglos hacia el cielo como el humo de los lares, ha tenido unos días propios para reconocer a quienes la han defendido y mejorado durante años. No se trata ni mucho menos de un acto de presunción sino de segura afirmación hacia una cultura que se regala desde hace siglos con generosidad y virtuosismo. La música de siempre que varía cada día, sea por el golpe nuevo que introduce en el parche una panderetera y que mejora el ritmo, sea por los nuevos inventos electrónicos que facilitan a los intérpretes unos caminos prometedores. ¿Y quién dijo que el número 13 trae mala suerte? Quienes asistieron a los emocionantes encuentros de la Sala Berlanga pudieron comprobar que Luis Delgado, María José Hernández, Joaquín Pardinilla, Germán Díaz, David Herrington, Lídia Pujol, Pau Figueres, Raúl Rodríguez, Eliseo Parra, Esther Sánchez, Pedro Bartolomé, Alba Chacón y David Torrico compusieron un número mágico capaz de romper cualquier maleficio por antiguo que fuese. El viaje infinito se hizo así más ameno, y más ligero el aire musical que pudimos respirar.
La música tradicional ha entrado en una guerra que no le compete; en un espiral inútil y artificial de «númerosunos» y de cifras de ventas nada claras, en el que solo destaca el que más frecuenta los medios de comunicación. Curiosamente lo tradicional ha entrado en las redes sociales con más confianza y mantiene un cuerpo a cuerpo con sus adeptos que se acerca mucho a las actuaciones juglarescas de siglos pasados o a las «performances» (como diría un culto) íntimas de los trovadores. Las salas se llenan con los oportunos avisos de Facebook, Instagram o Twitter y los discos se siguen vendiendo tras las actuaciones como cuando existían los comercios. No se trata de ninguna «resurrección» ni de una moda pasajera sino de una cuestión de supervivencia. Ningún género como el tradicional ha sobrevivido a tantos cataclismos, desgracias, aniquilaciones o hecatombes. Es la experiencia de cientos de años desoyendo los cantos de sirenas, salvando los muebles y ayudando a que la cultura sobreviva por encima de las tonterías superfluas o de las modernidades efímeras.
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III SIMPOSIO ACADEMIA DE MÚSICA ANTIGUA. Urueña 3 y 4 SEP 2021. Bodega Heredad de Urueña
Día 3
11:00 horas: Javier Barreiro: Cronología de la grabación acústica.
12:30 horas: Luis Delgado: Los gramófonos, tocadiscos y soportes curiosos expuestos en la Bodega Heredad de Urueña y comunicación acerca de ellos.
Día 4
11:00 horas: Jose Ramón Pardo: Las compañías de discos en España y los derechos fonográficos.
12:30 horas: Gonzalo Pérez Trascasa: Los recopiladores de folklore: Alan Lomax, Schindler, García Matos, etc.
Sede del simposio y colabora: Bodega Heredad de Urueña
Algunos sabios de la antigüedad, como Herón de Alejandría o Ctesibio, hicieron uso de la física para idear mecanismos capaces de producir sonidos voluntaria y certeramente creados. Galileo o Kepler estudiaron la importancia de la resonancia en la reproducción del sonido, es decir conocieron y usaron la adecuación de las frecuencias y supieron hasta qué punto una oscilación puede ganar en amplitud cuando se aplica una fuerza de determinada manera. Athanasius Kircher, el famoso jesuita alemán, investigó sobre éste y otros temas hasta el extremo de ser considerado, como Pitágoras y tantos otros conocedores de importantes secretos, un ser extraño, más cercano al ocultismo que a la ortodoxia. Aunque algunos aspectos de los investigados por Kircher no eran novedosos, sí fueron un anticipo de los estudios que después vendrían firmados por Charles Wheatstone, James Maxwell, Hertz o Marconi.
Tampoco sabremos nunca cuáles fueron los propósitos últimos de Charles Cros o de Thomas Edison al diseñar sus artefactos fonocaptores. Ambos, francés y americano, estaban probablemente imbuidos del espíritu de la época, iconoclasta e industrioso, condicionado por la creación de inventos –particularmente los relacionados con nuevas fuentes de energía como la electricidad- que sirvieran para mejorar y hacer más cómoda la vida de las grandes ciudades y de los burgueses que las habitaban y sustentaban. Poco después de haberse divulgado el invento de Edison un periódico español publicaba: «En la capital de Inglaterra, por el módico precio de dos reales y medio, puede oírse un trozo de ópera sin ir al teatro. Una compañía industrial ha establecido en sitio céntrico de Londres una colección de teléfonos a los que puede aplicar el oído durante un cuarto de hora todo el que pague aquella cantidad». ¿Era el fin de la música en libertad o era más bien el inicio de una nueva era en la que la música y la tecnología del sonido iban a caminar por sendas independientes? Jonathan Sterne en su obra The Audible Past. Cultural Origins of Sound Reproduction, escribe que a mediados del XVIII el sonido en sí se convirtió en un objeto de pensamiento autónomo frente a nociones anteriores como la voz o la música. A juicio de Sterne fue esa forma diversificada de apreciar un concepto unívoco, lo que prepararía la gran revolución tecnológica.
Urueña 7 y 8 OCT 2021. Centro e-lea Miguel Delibes. Diputación de Valladolid
Día 7 de octubre
11:00 horas • César Ávila: Forma y función de una fuente tipográfica
12:30 horas • José María Ribagorda: Metatipografía. El lenguaje más allá de la letra
Tarde • Juan Hormaechea: Taller de tipografía impresa
Día 8 de octubre
11:00 horas • Javier García del Olmo: El colofón, arte y entraña tipográfica
12:30 horas • Luis Alberto de Cuenca: La imprenta en el siglo XVIII
16:00 horas • Juan Antonio Moreno: Áncora y Delfín como pretexto
Tarde • Juan Hormaechea: Taller de tipografía impresa
30 de junio al 13 de septiembre de 2021
Sala Revilla de la Fundación Municipal de Cultura. Valladolid
Exposición realizada por la Fundación Joaquín Díaz para el Ayuntamiento de Valladolid.
Esta exposición comenzó a fraguarse mientras Publio López Mondéjar, el gran especialista de la fotografía en España, preparaba una singular muestra titulada «El rostro de las letras» en 2014, colección de antiguas instantáneas que recorrió numerosas capitales del país y dio como resultado un espléndido catálogo. Tras largas y juiciosas conversaciones, la idea quedó clara: había que rescatar y dar un sentido a las numerosísimas fotografías que habían ido captando durante más de un siglo los rostros y actitudes de músicos, grupos y orquestas españolas. El título, «La música callada», revelaba claramente una realidad -faltaban los sonidos- pero nos permitía descubrir lenguajes corporales y gestuales de extraordinario valor a la par que aportaba datos interesantes para la historia de los instrumentos musicales y sus intérpretes en España. Cuando todo estaba preparado para la magna exposición con más de 300 fotografías reunidas y 50 instrumentos seleccionados, llegó el desastre pandémico…
Con esta exposición, dedicada principalmente a temas de Valladolid o relacionados con la provincia, recuperamos la idea, y la esperanza de poder realizar en fechas próximas la magna muestra que quedó paralizada por una catástrofe planetaria.
Desde su origen, la fotografía prestó una atención especial a las manifestaciones de la cultura tradicional, animada por los pioneros, personas atentas e instruidas, herederas del Grand Tour del siglo XVIII, que recorrieron la Europa del sur, en busca de lo romántico, artístico y sentimental de países como Italia y España, «suspendidos aún entre Europa y África, entre la civilización y la barbarie», como nos soñaba Richard Ford en 1845, un año de transición entre el daguerrotipo y el calotipo. En plena moda de lo exótico y lo romántico representado por la Europa del sur, los primeros fotógrafos viajeros no dudaron en cargar con sus pesados equipos para atrapar en sus cámaras los paisajes, el aspecto de sus pueblos y ciudades y la estampa de los tipos populares que tanto fascinaban a los públicos burgueses de la época: los lazzarone y pifferari italianos, las bailaoras, los toreros, los gitanos que convertían la Alhambra en escenario de sus actuaciones, los músicos ambulantes que recorrían los caminos a pie, a lomos de caballería o en las temblorosas diligencias de la época, que encontraron Gustave Le Gray, Charles Negre, Charles Clifford, los hermanos Bisson, Gustave de Beaucorp, Alphonse de Launay, Charles Soulier, Jean Laurent, R.P. Napper, L. Levy. De ellos hemos heredado algunas de las mejores imágenes de los músicos populares españoles. Con esas obras se abre la exposición.
Se ha digitalizado y catalogado el conjunto de placas de cristal estereoscópicas donado por la familia Matilla.
Los hermanos Matilla visitaron la Fundación el 22 de junio de 2021 para hacer donación de un visor Verascope Richard, de principios del siglo XX, con una colección de imágenes estereoscópicas familiares, algunas de ellas de la plaza de toros de Valladolid, con instantáneas de ejercicios gimnásticos y circenses.
23 de septiembre de 2021
La Biblioteca Regional de Madrid, a través de la sección de Materiales Especiales, ha organizado un encuentro centrado, principalmente, en la documentación musical madrileña. Se seleccionaron partituras manuscritas e impresas desde el siglo XVIII hasta nuestros días así como grabaciones sonoras en distintos soportes. Entre las primeras destacan unas ediciones facticias de música popular y el manuscrito del Réquiem compuesto por Cosme de Benito. Pliegos de cordel y Aleluyas completaron la muestra así como obra propia del artista.
La visita fue una excelente oportunidad para afianzar la colaboración que comenzó los días 3 y 4 de septiembre al asistir la Biblioteca Regional de Madrid, como miembro de AEDOM, al III Simposio Academia de Música Antigua: Arqueología del sonido: la fonocaptación, organizado por la Fundación Joaquín Díaz en Urueña.
Puede descargarse gratuitamente, en formato PDF en la página de publicaciones digitales de la Fundación
Puede descargarse gratuitamente, en formato PDF en la página de publicaciones digitales de la Fundación
Urueña, 19 de junio de 2021
Conversando con Alex Grijelmo y Antonio Lucio en el Festival Internacional de Literatura Española, en Urueña: del origen al mestizaje.
29 de junio de 2021. Episodio de pódcast
Descripción del episodio: JOAQUIN DÍAZ es el nuevo invitado a SIMPATÍA POR LA INDUSTRIA MUSICAL. Artista, productor, compositor, folclorista, musicólogo… un intelectual y estudioso de la música de raíz, cuya vida profesional la ha dedicado a la investigación y difusión del folclore y la tradición, principalmente de Castilla. En la actualidad dirige en Urueña, el CENTRO ETNOGRÁFICO JOAQUIN DÍAZ, museo y centro de investigación, donde escribe y difunde su obra a todo el mundo. Un esfuerzo encomiable para mantener viva la memoria de la tradición, que nunca será suficiente reconocido. Un personaje realmente necesario e irrepetible. Un lujazo.
6 de julio de 2021
Ramón Arangüena entrevista a Joaquín Díaz sobre Miguel Delibes.
10 de septiembre de 2021
Joaquín Díaz intervino en una mesa redonda en los «Encuentros Delhy Tejero», dentro de la Iberoamericana de Toro, junto a la alcaldesa de Cisneros Rosa María Aldea y el alcalde de Toro Tomás del Bien. La mesa, dirigida por el comisario de la muestra Víctor del Campo, trató el tema «Las Artes y las Industrias culturales en el presente y el futuro del medio rural», y se celebró en el Teatro Latorre de Toro (Zamora) tras la proyección de un documental dedicado a la artista Susana Guerrero.
18 de septiembre de 2021
Alicia Perris entrevistó a Joaquín Díaz para la emisora Radio Sefarad desde su habitual programa «El micrófono de Alicia Perris».
Círculo de Recreo de Valladolid. 1 de julio de 2021
Madrid. 16 a 18 de septiembre de 2021. Sala Berlanga
Mitos como Eliseo Parra, el zanfoñista Germán Díaz o Luis Delgado (además de su banda Vivere Memento) confluyen con versátiles tótems de lo tradicional como Lídia Pujol y el camaleónico Raúl Rodríguez en esta propuesta artística de Joaquín Díaz.
El viaje infinito. Ciclo de música folk
Sala Berlanga (c/ Andrés Mellado 53, Madrid)
16 al 18 de septiembre de 2021, 20:00 horas
Programado por Joaquín Díaz
Pasan a formar parte de la colección una pandereta de clásico modelo gallego, de sonajas estriadas fabricada por la Casa Somede (La Coruña) entre 1987-1990, pocos años antes de extinguirse el taller.
Otra procedente de los Montes Torozos vallisoletanos armada curiosamente en realidad de dos piezas originales, dos medias panderetas ensambladas entre sí y tintada una de ellas en color ocre y aros en amarillo (donde se leía el nombre de la propietaria, Basilisa).
De similar tamaño (27 x 6) es la procedente de los Campos de Almazán (Soria) y de la misma época que la anterior, hacia los años 30 del siglo XX.
Otra es una pandereta de buena y fina factura con el aro central adornado de papel pintado de un producto publicitario de la fábrica de conservas alimenticias «La Toresana» de Regino Benito (Toro, Zamora) hacia 1930, procedente de Astorga (León) y posiblemente fabricada y en uso en la primera mitad del XX. De mayor diámetro que las anteriores y alcanza los 35 cm.
Por último dos pequeñas panderetas. Una muy fina adquirida en el rastro de Valladolid y de principios del siglo XX, de uso infantil o navideño y otra más reciente -años 60- perteneciente a una rondalla de tunos, protegido el parche y reforzado con esparadrapos, como suele ser lo habitual en estas organizaciones para preservar la duración del pellejo ante los insistentes golpes del tuno «panderetero».
La Asociación de Amigos de la Fundación adquirió, con destino al Museo de instrumentos, un precioso laúd español tenor fabricado por Salvador Ibáñez en la Bajada de San Francisco en Valencia a comienzos del siglo XX. El tamaño y la forma del instrumento hacen pensar en que pudiera ser incluso de los últimos años del siglo XIX, cuando comienzan a fabricarse este tipo de piezas.
Se recibió como donación en la Fundación un clarinete B40 en MI bemol de la marca Vandoren, de París. La generosa donación fue de Carmen María Aragunde Pérez.
Raquel Jiménez, del Departamento de Historia y Ciencias de la Música de la Universidad de Valladolid, depositó en la Fundación para su exposición en el Museo, una serie de reproducciones de trompas celtibéricas. Se puede saber algo más acerca de estos instrumentos, en la publicación que se editó en el Anuario Musical en 2018.
El pianoforte donación de Victoria Reig Rodríguez de Quesada, expuesto al público en el Museo de Instrumentos de la Fundación Joaquín Díaz en Urueña, ha sido restaurado en el paño y la puerta que cubren el clavijero y cuerdas del instrumento, con la colaboración de La Asociación de Amigos de la Fundación.