Las excavaciones realizadas a partir de 1993 en el Pago de los Pedregales, en Urueña, se desarrollaron durante dos años en 4 fases y permitieron contar con un equipo dirigido por Alicia Gómez Pérez y Jesús Álvaro Arranz, quienes trabajaron con estudiantes de arqueología de la Universidad de Valladolid sobre el pago mencionado, en el que se habían encontrado los restos de una pequeña iglesia. Las excavaciones mostraron principalmente una característica que es común a muchos otros hallazgos de la época: las personas -beatos se les sigue denominando en la toponimia local- que habían decidido establecerse juntas, fuera bajo la regla de san Pacomio, fuera bajo la norma de san Benito, vivían en una pobreza natural y voluntaria. El cielo sobre sus cabezas y la tierra bajo sus pies, de la cual extraían el sustento necesario para la vida en común. Elegían para ello un lugar adecuado donde el agua y la naturaleza fueran pródigas y no les obligara a desplazarse para conseguir lo que preferentemente buscaban: sosiego, apartamiento de las costumbres del mundo y un lugar donde trabajar y orar.
Los enterramientos descubiertos dieron prueba de ello. Ausencia de ornamentos, de lujo, de cosas superfluas, para dejar esta vida exactamente igual que llegaron a ella, es decir con la desnudez de cuerpo y la ayuda del espíritu. No voy a decir que su filosofía sea ejemplar para nuestro tiempo, pero es evidente que pensaron como nosotros, se expresaron como nosotros y sin embargo pasaron por la vida sin necesitar todas las comodidades de las que nosotros decimos disfrutar. Cada época tiene sus héroes y los de la nuestra están mucho más cerca del ruido, de la violencia y del hacinamiento que del cenobio.
Para los alumnos que participaron en aquel curso, así como para los profesores que impartieron las enseñanzas, o para los que vimos de lejos su admirable trabajo, fue un motivo para la reflexión, sin embargo. Las sucesivas etapas descubiertas en los diferentes estratos hablaban de un largo período de tiempo y de una utilización continuada y tal vez diversa para el lugar común de oración. A su alrededor o dentro del mismo recinto, los cuerpos sin vida buscaban congregarse como en una especie de comunión física y espiritual, idea tan querida para el cristianismo y base para la fe de muchos de nuestros antepasados.
Urueña sigue siendo, a pesar del paso del tiempo, un asentamiento favorito por sus condiciones para una vida cercana a la naturaleza y despegada de la mayor parte de los ruidos mundanales. Urueña –tal vez por eso- fue, desde su fundación en el siglo XII, emplazamiento buscado por los monjes y por muchas otras personas que en cierto modo compartían su filosofía. Al convertirse en lugar de señoríos y monasterios numerosos documentos de la Edad Media aluden con frecuencia a donaciones de lugares con sus cilleros y bodegas, a veces incluidos o a veces excluidos de dichas mandas.
En uno de los primeros Parpalacios publicamos un texto de la donación de doña Urraca a la diócesis de Santiago de unos terrenos de su propiedad. En ese documento se hablaba de viñas. Las viñas, tanto las pertenecientes a monasterios como a particulares, se fueron agrupando en pagos a lo largo de los siglos XII y XIII, pagos que habitualmente recibían nombres relacionados con el cultivo o con las características del terreno. Esa agrupación era para mejor proteger dicho cultivo de la ganadería y de su paso devastador, hecho tan frecuente y originador de conflictos que a menudo es contemplado en leyes y fueros. De hecho, en Urueña hubo un pago que se denominaba "viñas de los cercados", por la tapia de piedra que rodeaba la tierra, y en el siglo XVIII todavía se hablaba de una "viña murada" perteneciente a Luis Fernández de Isla, lo cual indica la sensata costumbre de proteger los viñedos del paso de la ganadería.
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Joaquín Díaz recibe la distinción anual que otorga la Sociedad Española de Antropología y tradiciones populares. El premio nacional va acompañado siempre de otro reconocimiento, un Diploma de Honor, que se concede a una costumbre o a un grupo y que este año ha correspondido a la Campana de Auroros de Javalí Viejo, en Murcia. Ambos premios son entregados en Urueña el día 30 de septiembre con asistencia de los dos galardonados.
María Ángeles Zurilla, Vicerrectora de Cultura, Deporte y Extensión Universitaria inauguraba ayer día 27 de abril la exposición Cuentos de la Vieja Europa junto a Ramón Freire, director del Centro de Iniciativas Culturales, Pedro Cerrillo y César Sánchez Ortiz, director y miembro del CEPLI, respectivamente, quienes agradecían a Jesús Martínez, coleccionista y colaborador de la Fundación Joaquín Díaz, su nueva exposición con la Universidad de Castilla la Mancha.
La colección Cuentos de la Vieja Europa pertenece a la familia Martínez-Leis y estuvo expuesta en el Paraninfo Universitario de la Universidad de Castilla la Mancha, en el Campus de Cuenca, desde el 27 de abril hasta septiembre de 2017. En ella se muestra una recopilación de 60 ilustraciones de las llamadas “hojas” que se hacían en toda Europa desde el siglo XVI hasta el siglo XIX y que se fabricaban con la finalidad de entretener al lector a través de la sátira. Su composición era similar en todos los países de Europa con un tamaño de 30x40cm, impresa mediante xilografía o litografía, vendida al público mediante mercaderes ambulantes y todas tenían un tiempo efímero en el tiempo. En España estas ilustraciones recibían el nombre de pliegues de aleluya y comenzaron representando escenas de la realidad social del momento de aquella época. Aún se siguen haciendo en la actualidad, más concretamente en Cataluña, de modo conmemorativo.
En la inauguración el propietario de la colección, Jesús Martínez, explicaba que “lo importante para los visitantes a la exposición es que cada uno de los cuadros tienen una cartela donde se desarrollan los contenido y hay algunos datos para poder seguir la ilustración porque los contenidos son densos e importantes, porque son materiales que no se conocen al considerarse materiales de tercera por su carácter efímero”.
Esta exposición se ha llevado a cabo gracias a la labor de organización entre el Centro de iniciativas Culturales, el Vicerrectorado de Cultura, Deporte y Extensión Universitaria, CEPLI, Grupo LIEL, Fundación Joaquín Díaz y a Efímeros Pluscuanimperfectos – Colección Martínez Leis.
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También podrá contemplarse la exposición “Cuentos de la vieja Europa” en el Campus de la UCLM, en Ciudad Real.
Una exposición con medio centenar de modelos históricos de juegos de Oca, se podrá ver en la Cineteca del Matadero de Madrid.
Se trata de una selección de tableros europeos (Italia, Francia, Holanda, Inglaterra, España) conteniendo uno de los juegos más entretenidos de la historia al que se han atribuido desde su origen muchas aplicaciones (adivinatorias, educativas, lúdicas).
La Fundación ha colaborado con varias piezas en la exposición “Charivaria”, del Centro Cibeles de Cultura y Ciudadanía, de Madrid.
“Charivaria” es una exposición sobre cómo se posicionan las personas en el espacio publico con sonido.
Está puesto ya en versión VoD (Video on Demand), en plataforma de pago de Internet, "El río que suena" para que se pueda ver desde cualquier parte del mundo.
https://vimeo.com/ondemand/elrioquesuena
Hace unos meses que los videos de Joaquín Díaz en Youtube han superado el millón de reproducciones.
https://www.youtube.com/watch?v=-JaZdAwcRRE
Por otro lado, en la sección de la página web “Obra completa”, pueden encontrarse los apartados “Canciones” con más de mil grabaciones.
http://www.funjdiaz.net/a_canciones1.php
y “Artículos” con publicaciones escritas desde hace cincuenta años que también superan el millar.
http://www.funjdiaz.net/a_articulos1.php