LA ERA DEL BIEN Y DEL MAL

Mandamientos de la Iglesia: Tercero, cuarto y quinto



Lámina con una franja superior, subdividida en dos cuadros; una escena central, grande; y una franja inferior, con una sola escena. La división anterior es completamente artificial en este caso, porque no hay un motivo que sea objetivamente más importante que el resto de los que presenta la lámina, y, por tanto, hubiera sido más lógico que la distribución del espacio hubiera buscado un reparto aproximadamente igual para cada escena. No ha sucedido así.

1. La primera escena presenta el momento de la confesión, y recuerda el mandamiento de confesar al menos una vez al año. Puede compararse con otras escenas parecidas en que aparece el mismo sacramento (láminas 40, 57, 59).

2. La segunda recuerda el mandamiento de comulgar al menos por Pascua (los catecismos habitualmente enseñaban por “Pascua florida”, para diferenciarla de la “Pascua de Navidad”, en que no había flores en el campo).

3. La representación del tercer cuadro, grande, presenta a los apóstoles distribuyendo entre los miembros necesitados de la comunidad primitiva unos panes. Llama la atención el estilo cuasisacral que está presente en detalles del dibujo: mientras el único apóstol dibujado aparece con toda naturalidad, tras él aparece un diácono (Hch. 6, 1-6), que está colaborando en el reparto, con una túnica rematada por el cuello con una orla adornada con cruces, que recuerda a las vestiduras litúrgicas; además algunos de los beneficiarios, miembros de la comunidad cristiana están vestidos con túnicas adornadas con cruces en el pecho y en los hombros. Estos adornos —imaginarios— vuelven a aparecer en las láminas 53 y 58, como si se tratara de un uniforme que hubieran usado los cristianos. Nunca fue así, pero la imaginación del dibujante induce a un error por parte de los niños que contemplaban los dibujos. La clásica identificación de los cristianos, “Mirad cómo se aman”, es completamente distinta de la pretendida aquí: “Mirad cómo se visten”. Remite al cumplimiento del mandamiento de la Iglesia que se formulaba como “pagar diezmos y primicias a la Iglesia de Dios”, y, más modernamente, como “ayudar a la Iglesia en sus necesidades”.

4. El cuadro último ocupa la franja inferior, donde está representada una boda. Aparentemente nada tendría que ver con los mandamientos de la Iglesia, y habría que situarlo entre los sacramentos, como de hecho aparece en la lámina 60. ¿Por qué figura aquí esta escena? Entre la lámina anterior y la presente, han salido los cinco mandamientos comunes de Iglesia. Sin embargo, el dibujo se refiere a otro mandato, menos importante y no incluido en los formularios habituales. Es el mandamiento que prohibía la misa de velación, entre esposos, en los tiempos litúrgicos de cuaresma, y adviento, considerados tiempos penitenciales. Precisamente por eso, el dibujo recoge un sutil detalle: el novio no está cubierto por la punta del velo de la novia, como se hacía en el sacramento del matrimonio fuera de estos días.

“¿Qué prohíbe la Iglesia en el quinto precepto? En el quinto precepto no prohíbe la Iglesia la celebración del sacramento del Matrimonio, sino solamente la solemnidad de las bodas, desde el primer domingo de adviento hasta la Epifanía y desde el primer día de cuaresma hasta la octava de Pascua” (Pío X, Catecismo mayor, Madrid, Imprenta Ibérica, 1907, p. 84).

Luis Resines













Exposición