LA ERA DEL BIEN Y DEL MAL

Octavo mandamiento: No dirás falso testimonio ni mentirás



Lámina distribuida en cuatro escenas con la regularidad casi habitual en las precedentes: una franja superior con una sola escena; un dibujo central amplio; una franja inferior, subdividida en dos cuadros.

1. La franja superior muestra el momento en que el joven profeta Daniel pone en evidencia la mentira de los dos viejos de Israel que había acusado falsamente a Susana, y sobre cuyo testimonio se había pronunciado ya la sentencia de muerte para la mujer. Daniel deshace la falsa trama de estos jueces corruptos (Dn. 13, 1-64). Tan sólo un detalle se ha escapado al dibujante: muestra a Daniel apelando ante un rey, con vestidura babilónica (así como los dos soldados), cuando el relato bíblico dice, en efecto, que tuvo lugar en Babilonia, pero el hecho fue juzgado por la asamblea de israelitas desterrados, sin acudir a otra autoridad.

2. El dibujo grande muestra a Jesús ante el tribunal de Pilato (véase lámina 13: flagelación), insistiendo en el punto de que fue falsamente acusado, a fin de conseguir su condena a muerte. Resuenan aquí las palabras de Pilato: “Me habéis traído a este hombre como alborotador del pueblo, pero yo le he interrogado delante de vosotros y no he hallado en él ninguno de los delitos de que le acusáis” (Lc. 23, 14). El marco en que se centra el dibujo no permite retraerse a la escena del juicio ante el Sanedrín: “Andaban buscando un falso testimonio contra Jesús con ánimo de darle muerte, y no lo encontraron, a pesar de que se presentaron muchos falsos testigos” (Mt. 26, 59).

3. La escena inferior izquierda rememora el falso testimonio dado por la mujer de Putifar contra José, por no haber accedido éste a sus deseos carnales (Gn. 39, 7-20), lo que provocó su desgracia y encarcelamiento.

4. La última escena, a la derecha, representa la murmuración en dos mujeres que en el pozo comunal afirman sin fundamento cualquier cosa de los demás, como indica el título: La murmuración reprendida. Esta reprensión hay que asignarla a la acción del sacerdote, representado en la lámina hablando con otras personas.

Luis Resines










Mi niñez se hace presente al contemplar las imágenes del cartel y me parece que representan parte de un sueño lejano; pero no es así. En aquel tiempo me sentía entregada a la obediencia impuesta por el miedo a ser rechazada por Dios. La belleza blanda y ñoña de las estampas llenas de ingenuidad y mala calidad plástica me conducían a un universo de gente buena que sería nuestro futuro si te portabas bien. Todo unido a los mandatos divinos me hace sentir un mundo lleno de espinas y resignación.

Meri Maroto. Pintora y escultora



Exposición