Un lobo, piel y huesos, se encuentra a un dogo, hermoso y gordo, que por descuido se había perdido. Como no tenía fuerzas para luchar con su enemigo tradicional, el lobo entabla conversación. El perro le aconseja dejar el bosque y buscar mejor destino como perro de caza. Si es amable con los amos, tendrá los restos de pollos y palomos, y muchas caricias. Entonces el lobo se fija en el cuello del dogo y ve que estaba pelado. Le pregunta la causa y el perro le explica que es del collar con que lo atan. Entonces el lobo le dice que se quede con todas sus comidas, pues es un precio muy alto y huye corriendo.
Es una fábula atribuida a Babrio.