1.- Si quiero ir a mi jardincito a regar mis cebollas, hay un enano jorobado que empieza a estornudar.
2.-Si quiero ir a mi cocinita a cocinar mi sopita, hay un enano jorobado que me rompe mi ollita.
3.- Si quiero ir a mi sillita a comer mi compotita, hay un enano jorobado allí sentado que casi se la ha comido.
4.- Si quiero ir al trastero a coger maderita, hay un enano jorobado que me la ha robado.
5.-Si quiero ir a la bodega a coger vino, hay un enano jorobado que me quita la jarra.
6.- Si me siento a la rueca y quiero torcer mi hilo, hay un enano jorobado que no deja que se mueva.
7.- Si quiero hacer mi camita hay un enano jorobado que se echa a reír.
8.- Si me arrodillo sobre mi reclinatorio y quiro rezar un poquito, hay un enano jorobado que se pone a hablar.
Se presenta aquí una canción tradicional infantil que los poetas románticos Achim von Arnim (1781-1831) y Clemens Brentano (1778-1842) incluyeron en su famosa antología Des Knaben Wunderhorn (1805-1808). El enano jorobado hace todo tipo de travesuras en la casa, pero al final, a la hora de rezar, el enano jorobado pide a los niños que recen por él.
El enano jorobado aparece en diversos relatos tradicionales, por ejemplo, en la literatura artúrica; es un personaje folclórico que abunda en la tradición alemana como trickster, como ayudante benévolo o como manipulador malévolo; piénsese en el cuento de Rumpelstiltskin, por ejemplo.