Lindo tambor volvía de la guerra. (Ran, ran pataplán, volvía de la guerra).
La hija del rey estaba en la ventana.
¿Princesita, te casarías conmigo?
Lindo tambor, pregúntalo a mi padre.
Señor rey ¿Me quiere dar a su hija?
Lindo tambor, ¿qué puedes ofrecer?
Señor, mi tambor y los palillos.
Lindo tambor, no tendrás a mi hija.
También tengo docenas de castillos.
Y doscientos o trescientos barcos en la mar.
Tengo soldados de París hasta Roma.
Tengo montañas de oro.
Lindo tambor, ¿quién es tu padre?
Señor rey, el emperador Augusto.
Lindo tambor, te entrego a mi hija.
Es demasiado tarde, te la puedes quedar.
Nótese el parecido entre el comienzo de esta canción y el de la española de “Los tres alpinos”.