LA RELIGIOSIDAD POPULAR

Virgen con niño



Numerosas alegorías forman parte del simbolismo que, a lo largo de la historia, acompaña a la Madre de Dios desde que se menciona su papel en el Apocalipsis: «Una gran señal apareció en el cielo: una Mujer, vestida del sol, con la luna bajo sus pies y una corona de doce estrellas sobre su cabeza...».

Así, y desde épocas remotas, el sol y la luna, con rostros de persona, vienen a representar las dos naturalezas de Cristo que nació Dios y hombre. La Iglesia se preocupó siempre por combatir las herejías que trataban de negar la virginidad de María después del nacimiento de Jesús. Una de las formas de erradicar esas ideas era ir creando una corriente de amor y devoción hacia una imagen que representara el misterio de la maternidad de María. Esa imagen se llamó, respondiendo a lo que simbolizaba, Theotokos, es decir, Madre de Dios, y la Iglesia se encargó de que reflejara alguno de los siguientes aspectos:

1. Que Madre e Hijo estuviesen juntos en la talla.

2. Que se pareciesen físicamente.

3. Que la Virgen y el Niño llevasen una serie de atributos cuya significación hiciese reflexionar a los devotos.


Votos y promesas





Exposición