LA RELIGIOSIDAD POPULAR

Benditera



El agua bendita como representación del Espíritu Santo, elemento purificador, hacedora de indulgencias y escudo protector contra el mal, las enfermedades y las desgracias siempre ha despertado el interés de los creyentes por sus propiedades sobrenaturales. Ya desde época paleocristiana, los católicos emplean diversos recipientes para recoger pequeñas cantidades de las fuentes y depósitos situados en los lugares de culto que luego portan encima o guardan en sus domicilios para usarla en los ritos diarios y hacer frente a cualquier emergencia. Estos utensilios destinados a almacenar el líquido sacramental, inicialmente austeros y alejados del ornato, adquieren, por efecto del contenido, esa carga mágica y gozan de gran predicamento entre los fieles con lo que, con el transcurrir de los siglos, su uso se generaliza entre todos los estratos sociales. La aparición de las aguabenditeras, que evocan en el ámbito doméstico y la devoción privada las primigenias pilas bautismales ubicadas en el exterior de los templos e iglesias, se sitúa a finales de la Baja Edad Media. Se trata de piezas con un recipiente, cuenco o pililla semiesférico o troncocónico de poca capacidad en la parte inferior que suelen presentar forma de placa / plancha ornamentada con orificio para colocar a la entrada de la vivienda, en un mueble y en la pared del dormitorio con el fin de persignarse, santiguarse o rezar a la mañana y la noche.
El Coleccionista ecléctico


La naturaleza y la devoción





Exposición