LA RELIGIOSIDAD POPULAR

San Antonio Abad



San Antón, o San Antonio Abad, es el patrono de los animales, pero la razón por la cual en la iconografía popular aparece frecuentemente con un cerdo o un jabalí a los pies, trata de explicarla Blas Antonio de Ceballos en una curiosa y vetusta obra titulada Flores del yermo, pasmo de Egipto, asombro del mundo, sol del occidente, portento de la gracia: Vida y milagros del grande San Antonio Abad, publicada en Madrid en 1779: «El poner a sus pies un animalillo de cerda se tiene por tradición antigua, que los catalanes fueron los primeros que le pintaron así, a quienes imitaron todos hasta hoy, por haber curado milagrosamente el santo en Barcelona un ceboncillo cojo y contrahecho recién nacido. Otros autores dicen que es para enseñar a los rústicos la urbanidad y devoción que deben tener con San Antonio, pues les enriquece curando sus ganados y preservando de la muerte a sus brutos. Por esta razón en el reino de Francia y en otras muchas partes crían en las piaras un ceboncillo y le señalan con una campanilla, para que se conozca que está ofrecido al santo, y es tan grande la estimación y aprecio que hacen de ellos que si acaso por desgracia hurtan alguno sienten más su pérdida que si les faltasen otros muchos». Ceballos se extiende en otras consideraciones sobre el origen de la Orden de los hermanos de San Antón, también llamados Antonianos, muy antigua (según Luis de Urreta de la Orden de Predicadores sería del año 360 y fundada por el Preste Juan) y muy vinculada a los principales caminos de peregrinación en Europa y Santos lugares, la cual tuvo una Encomienda mayor en Castrojeriz y casas en Salamanca, Medina del Campo, Toro, Benavente, Segovia y Valladolid, sólo por mencionar las más cercanas.


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