LA RELIGIOSIDAD POPULAR

Estela funeraria



Los monumentos turriformes, también llamados de tipo «edícula» sobre podio, son una modalidad bastante común en el ámbito funerario hispano. No hay una uniformidad dentro de todo el grupo ya que existen numerosas variantes especialmente en lo que respecta a su estructura arquitectónica. El marco cronológico global de su desarrollo en el Imperio Romano se sitúa entre los siglos I a.C. y II d.C. y su origen se localiza en Fenicia. Allí se documenta un tipo de monumento turriforme compuesto por un cuerpo macizo, en forma de dado o de cubo, que indicaba el lugar del enterramiento. Bajo el mismo se excavaba una cámara para albergar al difunto a la que se accedía mediante un corredor cuya entrada se encontraba a cierta distancia del monumento. Sobre él, se colocaba la pirámide a modo de cobertura.


El culto a los muertos | Estelas

Con respecto a la utilización de esta modalidad de cubierta, hay que mencionar el notable carácter religioso que entraña, lo que implicó también que fuera empleada asiduamente en estas construcciones romanas. La cultura helenística, finalmente, también aportó algunos elementos a esta modalidad de tumba, especialmente en cuanto a decoración como fue la adopción de los órdenes arquitectónicos griegos. Las extensas redes comerciales creadas tanto por Fenicia como por Egipto, facilitaron la llegada de este modelo a Roma. Algunos autores han visto la primera manifestación de este tipo de construcción en las estelas funerarias por su tendencia a monumentalizarse cada vez más; este hecho se ha puesto en relación con la idea oriental de elevar al difunto por encima de lo terrenal, con un sentido profundamente religioso que derivaría en la evolución en altura de dichas construcciones.
Claudia Fernández Gatón





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