LA RELIGIOSIDAD POPULAR

San José



Como según la tradición San José tenía el gran privilegio de estar acompañado en su agonía por la Virgen María, su mujer, y Jesús, su hijo, es el más importante y primer patrón de una muerte feliz junto a San Jerónimo. Así es que tenemos la efigie de San José en recordatorios, como en estampas acompañado con una oración al «abogado de la buena muerte». La iconografía del retablo en cuestión es bastante distinta a la que estamos acostumbrados: San José aparece como hombre joven, con pelo largo y rizado, oscuro al igual que la barba y no como hombre anciano con pelo y barba blancos. Además lleva una corona. En una mano lleva la vara florida, que —según los apócrifos— había recibido en el altar cuando se le da en matrimonio a María, quien lo había escogido como su esposo, un atributo que se conoce desde el barroco pero que en la simbólica tradicional debería tener lirios y no rosas que se reservaron exclusivamente para la Virgen. José está descalzo en actitud de caminar. Su túnica tiene el color verde de la esperanza que sale del Niño, el salvador del mundo. El manto está entre rojo y amarillo oscuro.


Votos y promesas

El rojo significa el amor, el espíritu santo (Ronchamps) y el amarillo oscuro el amor, la sabiduría y la constancia (no se debe confundir con el amarillo pálido que significa traición (p. e. en representaciones con Judas). El manto en la Edad Media llevaría un sentido especial: el de la protección a un ser. Por eso niños que se adoptaron se llamaron «Niños de Abrigo». Tenemos este tema también en todas las vírgenes con manto protector.

Desde el renacimiento José lleva el Niño sobre su brazo. La corona como atributo la tenemos muy raras veces en la iconografía europea. En estampas y en pinturas sobre vidrio encontramos representaciones donde el Niño Jesús sentado en su brazo le corona con una corona de rosas. La coronación de San José por la mano del Hijo aparentemente significa que José era el primer y mejor sacerdote de Cristo y de ahí patrón de los Seminarios. El niño tiene una cruz en la mano derecha que se refiere a su futura muerte en la cruz.
Christiane E. Kugel





Exposición