LA RELIGIOSIDAD POPULAR

Jesusito de la Portería



Encima de una nube blanca está la imagen. Casi se ve mover la nube y también caminar el Cristo. La cara y los manos son muy finas y muy bien ejecutadas y se verifica un toque bizantino en su concepto. La mirada del Cristo tiene una expresión dulce y sobrenatural. La cruz aparece demasiado grande y muy pesada. Del cuello de Jesus cuelga un cordón rojo. La túnica y el manto llevan el color azul, color de Jesus. Interesante parece la diferencia entre la atmósfera limpia y clara del cielo y la de la tierra, marón, más bien de impresión sucia y oscura por los pecados del hombre.

En un plano más bajo se encuentra el suplicante de rodillas. Muestra en su cara joven una gran preocupación y profundo respeto delante de la imagen invocada. Está vestido de fiesta: camisa blanca, pantalones oscuros y un cinturón azul. En la mano sostiene su regalo: una vela encendida. El tipo del muchacho es muy parecido al del Cristo: cara alargada, pelo y cejas muy oscuros.

Hay por cierto un aire distante y solemne en toda la imagen, provocado por la diferencia de tamaño y del nivel y por la austeridad pictórica.


Votos y promesas

La leyenda dice así:

"Habiendole acontesido la desgracia al Joben Eusevio Lopez de aberse quebrado una espinilla por una oja de puerta que le infirio este golpe, Su madre inboco á este Divino Sor. que no quedara inbalido y en acsion de gracias dedica este retablo a Jesusito de la Portería. Año de 1884."

Aquí queda entredicho que probablemente la puerta como causante del accidente y la advocación "Portería" dieron a la madre la idea de suplicar a él. Por falta de mencionar el pueblo se puede eventualmente pensar así. La solución más evidente parece la que vivían cerca del santuario.





Exposición