LA RELIGIOSIDAD POPULAR

La Santísima Trinidad



La representación de la Santísima Trinidad con tres personas idénticas es uno de los temas favoritos del estilo gótico francés (Libro de Horas de Etienne Chevalier, museo de Chantilly) y un poco más tarde del renacimiento flamenco. El Concilio de Trento prohibió expresamente esta iconografía de la Trinidad siendo tres personas idénticas y juveniles. Pero México estaba lejos, y así encontramos todavía en el siglo XIX esta iconografía con todos las toques prohibidos: camisones blancos, caras juveniles, barba y túnicas idénticas menos los atributos: el Padre con un sol, la mano en actitud docente y de bendición, cetro; el Hijo con el cordero, las manos estigmatizadas y el Espíritu Santo con una paloma. Una observación interesante: no tenemos conocimiento de esta iconografía en España, que respetaba las recomendaciones del Concilio Tridentino. Una vez más una prueba de las muchas láminas sobre cobre de Flandes importadas vía España a América, cuando esta exportación se produjo por la prohibición de pinturas religiosas realizadas por Indios.

Nuestro retablo es uno de los más pintorescos que se pueden imaginar: aparte de la iconografía de las tres personas vemos los nimbos también como símbolos de la Trinidad: en forma de triángulo. Cada uno tiene el mismo vestido con cinturón amarillo (oro) y parte de la túnica como un ala de un ángel. En el cielo contamos 12 ángeles y a sus pies 11.

Los tres están sentados, sus pies descalzos sobre el globo redondo pintado con algo de profundidad y de un azul oscuro.


Las creencias

La Trinidad, un solo Dios en tres personas: Padre, Hijo y Espíritu Santo que no se distinguen entre si y a los cuales se atribuyen poder, inteligencia y amor. Uno de los misterios más difíciles de entender por una persona sencilla. Entre otras representaciones tenemos desde el siglo IX las tres personas idénticas. Pero esta representación estaba muy cerca de la idea del Triteismus que habla de tres personas divinas individuales. Para distanciarse de ellos tenemos las tres caras idénticas y un solo tronco, no solamente conocido en la edad media cristiana sino también en varias culturas de la Antigüedad. La Iglesia se defiende del Triteismus y el Papa Urbano VII prohíbe las tres caras en 1628 y Benedicto XIV en 1745 las tres personas idénticas que tenemos en esta exposición, un retablo de fines del siglo XIX / principios del veinte.





Exposición