Incipits:
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Imprenta:
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Otros datos:
Observaciones: Prueba de xilografía para ventall.
Grabado: Xilografía firmada por noguera. Un hombre lleva a cuestas a una mujer y el hombre dice: Cuanto pesa una muger ligera!!. Un niño con sombrero camina a su lado
Incipits:
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Fecha:
Imprenta:
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Otros datos:
Observaciones: Prueba de taco xilográfico para ventall
Grabado: Xilografía. Hombres subiendo una cucaña y otros hombres abajo gritandoles
Incipits: A bailar el can-can
Autor:
Fecha:
Imprenta: Barcelona: Por Miguel Sala, calle Copons, 7
Localidad:
Otros datos:
Observaciones: Prueba para ventall
Grabado: Una xilografía, pareja bailando, en uno de los lados
Incipits: El tiempo volverá
Autor:
Fecha:
Imprenta: Barcelona: Por Miguel Sala, calle Copons, 7
Localidad:
Otros datos:
Observaciones: Prueba para ventall
Grabado: Una xilografía de pareja bailando en uno de los lados
Incipits: Amigo un sano consejo // El que tiene, siempre vale
Autor:
Fecha:
Imprenta: Barcelona: Impresos de Cristina Segura, Vda. de A. Llorens. Palma de Sta. Catalina, 6
Localidad:
Otros datos:
Observaciones: Prueba para ventall
Grabado: Dos Xilografías coloreadas alusivas. El Tio Simón con el gesto de abrir el ojo y con la bolsa cerrada de la mano
Incipits: Se prudente Serafina
Autor:
Fecha: 1866
Imprenta: Barcelona: Imp. del H. de J. Gorgas. Por Miguel Sala, calle Copons, n. 7
Localidad:
Otros datos:
Observaciones: Prueba para ventall.
Grabado: 8 viñetas xilografías, cuatro en cada lado
Incipits: Heroicidad de Molina. El corneta prisionero. El cabo Pedro Mur. Carga de los húsares
Autor:
Fecha: 1866
Imprenta: Por Miguel Sala, calle de Copons, n. 7 Barcelona:d Imp. del H. de J. Gorgas
Localidad:
Otros datos:
Observaciones: Prueba de ventall, esta partido al medio
Grabado: 8 viñetas o tacos xilográficos
Incipits: Comienza el prefente juyzio
Autor:
Fecha:
Imprenta:
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Observaciones:
Grabado: Dos xilografías, el sol y la luna en la cabecera y otra de un profeta al final
En el Museo de la Fundación se pueden contemplar unas doscientas coplas, romances y documentos, fundamentalmente de los siglos XIX y XX, seleccionados entre los más de seis mil que contiene la biblioteca y colocados en once paneles siguiendo las temáticas más frecuentes: aventuras, crímenes, religión y superstición, sucesos, etc. Los pliegos fueron impresos en establecimientos tipográficos de toda España ("El Abanico", "Universal", "Rodas", "Norte", "Santarén", etc.) y distribuidos acá y allá por ciegos cantores, vendedores callejeros y buhoneros.
El uso de hojas volanderas o sueltas para difundir noticias, sucesos, historias fantásticas, canciones de moda, romances viejos y un largo etcétera de temas, es casi tan antiguo como la imprenta. Propietarios de grandes bibliotecas se preciaron en todo tiempo de contar entre sus fondos con pliegos raros y curiosos, más considerados a veces por su escasez que por su contenido; la misma cualidad de hoja o cuadernillo hizo de todo ese material, fácilmente desechable, un género sin duda fungible y perecedero, pero también (por la comodidad para ser distribuido y su bajo coste) un excelente medio de comunicación que compitió ventajosamente con los primeros diarios del siglo XIX llegando incluso a convivir con la poderosísima televisión.
Desde los primeros tiempos, fue también un tipo de literatura "indirecta", es decir, que llegaba al lector a través de los oídos, si se permite la aparente paradoja; de hecho, habría que dejar muy claro que estos papeles no se hubiesen vendido y extendido tan fácilmente si no hubiesen tenido unos "voceros" tan profesionales como los copleros ambulantes, profesión que durante largos períodos de tiempo estuvo casi acaparada por los ciegos. Éstos, utilizando vetustas autorizaciones de diferentes reyes que les permitían imprimir y vender públicamente estampas de santos para fomento de la devoción, ampliaron el campo temático llegando a ser prácticamente los difusores por excelencia de una serie de géneros y materiales que, por su índole y atractivo, interesaban más o menos a todo el mundo. Grabadores y pintores de diferentes épocas plasmaron el estereotipo del ciego cantor con sus coplas al lado para ser vendidas o con su lazarillo apuntando a un gran cartelón donde se resumían en seis o nueve viñetas los momentos más significativos del texto.