Una orquesta de jóvenes seminaristas franciscanos del seminario de Belmonte (Cuenca) rodea a los dos profesores, con cogulla y cordón, que miran atentamente al fotógrafo Soler. Los instrumentos no son los habituales de una banda: el armonio, el contrabajo y las ocarinas dan un toque exótico al conjunto conventual. La palabra “ostuta” escrita a lápiz en un costado de la fotografía añade cierto misterio a la instantánea. Ostuta es el nombre de un río de Chiapas, en Méjico, donde los franciscanos tuvieron una misión (abandonada en el siglo XVI por los mosquitos y la humedad) y parece extraño que esté escrita en el margen salvo porque alguno de los aspirantes a fray -léase el joven de la izquierda en la fila superior- fuese a enviar a su familia un retrato de sus progresos musicales.
La instantánea procede del archivo personal de Juan José Olmedilla que es el niño con violonchelo de la derecha y fue tomada hacia 1915.