Con enorme expectación, chiquillos, mayores, curiosos y desocupados, contemplan a los gigantones del Ayuntamiento mientras bailan al son de la flauta de tres agujeros y el tamboril. En la visita de Alfonso XII a la ciudad se les dotó de unas indumentarias lujosas y elegantes que duraron muchos años. En 1947 fueron renovados otra vez.
El capacho y la cesta de la compra que llevan dos de las circunstanciales espectadoras refleja claramente la hora a la que Luis del Hoyo tomó la foto, y el anuncio de Nesfarina, el alimento infantil fosfatado, la época -la segunda década del siglo XX- en que comenzó a fabricarlo el laboratorio farmacéutico de Armisén en Zaragoza.