MEMORIAS DE UNA CIUDAD
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PLAZA DE COLÓN Y ESTACIÓN DEL NORTE



Podría decirse que el despegue económico de Valladolid a mediados del siglo XIX está determinado por las comunicaciones. Recordemos que en 1842 entran en servicio los tres ramales del Canal de Castilla. Que desde 1850 se discute en el Ayuntamiento la necesidad de crear mercados al estilo de otras grandes ciudades en previsión del aumento de mercancías y el incremento de negocios. Que en 1851 se comienza a estudiar la construcción de un puente metálico sobre el Pisuerga que se llevará a efecto una década después. En 1854 se establece la línea telegráfica óptica entre Madrid e Irún, que pasa por la ciudad.





En 1856 la Alcaldía de Valladolid cede terrenos para construir la estación de ferrocarril y en 1859 llega por fin el tren al sur del Campo Grande. Hasta 1891, sin embargo, no se edificó la Estación del Norte tal y como la conocemos en la actualidad, con diseño del arquitecto Salvador de Armagnac. Se quiso construir un acceso digno al edificio tomando parte de los terrenos circundantes y trazando una plazoleta en la desembocadura de la calle del convento de Filipinos y la Acera de Recoletos, lugar en el que se emplazaría después la estatua a Colón y que se conocería en sus comienzos como plaza de José Semprún en recuerdo del alcalde vallisoletano.





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