Una desconocida y casi desértica Huerta del Rey se abría a los vallisoletanos con la puesta en funcionamiento del nuevo Puente. A lo lejos se puede ver la puerta de acceso al estadio La Salle donde estaban los campos de deporte del Colegio de Lourdes.
Casimiro González García-Valladolid menciona, al hablar de las murallas de Valladolid, un segundo cinturón de piedra que amplió la primitiva cerca y que “seguía por la rondilla de San Lorenzo a la Cárcel de la ciudad, por delante del Espolón”. Parece lógico pensar que el puente del cubo se llamó así porque uno de los cubos de la muralla se hallara cercano a la construcción (tal vez en la desembocadura del Esgueva sobre el Pisuerga, en el lugar que hasta los años 50 aún conservaba un merendero llamado “La Marina” donde se consumía pescado frito), y no porque las lavanderas llevaran allí sus herradas para lavar la ropa. Tenemos un ejemplo similar en León, donde el Espolón estaba lindero con la carrera o “carretera de los cubos” que servían de protección a la muralla. Otra hipótesis podría ser que el nombre de Puente del Cubo procediera de un desaparecido cubo de piedra para alimentar un molino sobre la Esgueva, sistema bastante conocido en la Edad Media y usado para los casos de aceñas que dependieran de un caudal irregular.