Adolfo Fernández Casanova se preguntaba en un artículo publicado en el Boletín de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando si no sería mejor «reconstruir» el templo y restaurar solamente la torre para evitar los «gravísimos riesgos» derivados de la demora en las obras. Los alrededores del templo estuvieron durante muchos años inaccesibles y protegidos por unas pobres vallas de madera.
La Antigua fue una de las iglesias que mandó construir el Conde Ansúrez en el siglo XI, aunque la torre, tal como se podía ver hacia 1900, era la del siglo XIII.