Los arquitectos Antonio Bermejo y, posteriormente, Vicente Lampérez se encargaron a comienzos del siglo XX de «limpiar» de construcciones innecesarias –como por ejemplo la casa del párroco– el templo de la Antigua. En 1908 se hace cargo de las obras Ricardo García Guereta. Posteriormente se siguen las propuestas de Adolfo Fernández Casanova para completar la restauración.
La Antigua fue una de las iglesias que mandó construir el Conde Ansúrez en el siglo XI, aunque la torre, tal como se podía ver hacia 1900, era la del siglo XIII.