REVISTAS SATÍRICAS DEL SIGLO XIX

Se alquila



En otra ilustración, Prim mantiene el sillón del trono en la punta del sable mientras un grupo de asustados políticos le ruega “¡Por Dios, Don Juan! Mire V. que si este mueble cae, nos descrisma”. “-¡Qué miedosos!..”, responde el conde de Reus, “Mientras la punta de mi espada lo sostenga, no haya temor de que venga abajo”.

Estas ilustraciones, escogidas entre tantas otras referentes a la cuestión sucesoria, dejan bien claro, en primer lugar, la filiación republicana de La Flaca, que no ve otra solución al problema dinástico que la República. Sus críticas van contra Prim y los unionistas, que hicieron una Revolución de carácter liberal al grito de “España con honra” y que luego quedó desvirtuada y dio lugar a otra monarquía. La sátira alcanza a la exreina Isabel II y al príncipe Alfonso, a todos los gobernantes independientemente de su matiz político, y a los candidatos al trono, a quienes ridiculiza representándoles en caricatura. La República, en cambio, es una agraciada joven que no pierde su compostura pues confía que en breve accederá al gobierno. La Flaca, en fin, acusa a todos los políticos, con excepción de los de su propio partido, de corrupción y de amiguismo (el turrón), de anteponer los intereses de partido a los del país, y de falta de unión.









Exposición