Se llama también a esta fiesta "de la porciúncula", que significa porción de tierra, y tiene que ver con la pequeña iglesia que fue entregada a San Francisco a comienzos del siglo XIII y que el santo convirtió con sus propias manos y con la fuerza de su pobreza voluntaria en un lugar de peregrinación. La leyenda cuenta que la pequeña iglesia había sido construida por unos eremitas que depositaron allí unas reliquias de la Virgen, que, según la tradición, había sido trasportada al cielo por los ángeles, de ahí que también se llamara, Nuestra Señora de los ángeles o Nuestra Señora del Valle de Josafat, que es de donde procedían los beatos.

CREENCIAS

La Iglesia concedía indulgencia plenaria a todos los que confesasen y visitasen la iglesia los días primeros de agosto, perdón que se extendió a muchas más iglesias a partir de que el papa Honorio III confirmó la indulgencia en 1224. La tradición cuenta que San Francisco vio a un ángel una noche que estaba en oración por los pecadores y que ese ángel le instó a que visitase la pequeña iglesia, donde el propio Cristo le animó a que fuese al Papa y le pidiera ese perdón general que él quería para todos los arrepentidos. También se cuenta que en la iglesia se escuchan voces de ángeles frecuentemente.