En la leyenda de los santos Casto y Secundino de nuevo intervienen las fieras como seres "comprensivos" que, olvidando su condición y naturaleza, son capaces de acatar un misterio mejor que los propios hombres. Los dos santos de este día predicaron en Mondragone, en la provincia de Caserta, de la región de la Campania, en Italia, y allí fueron decapitados por no adorar a los ídolos en el siglo III. Croiset habla de que el gobernador de la región quiso que Casto y Secundino se sometieran a su criterio y ofrecieran sacrificios a los dioses pero el templo se derrumbó y aplastó al tirano.