La Iglesia Católica comienza el año con una fiesta que tiene en realidad tres simbolismos (Santiago de Vorágine añade otro en su Leyenda Dorada: que sea la octava del nacimiento de Cristo): la circuncisión de Jesús (para los judíos esa ceremonia significaba la fidelidad a Dios, aunque para otras religiones supusiera el nacimiento a una nueva vida), la imposición del nombre de Jesús (que significa "Yaveh es el salvador") y la celebración de Santa María Madre de Dios.
La Iglesia se preocupaba en la Edad Media y desde hacía mucho tiempo, por combatir las herejías que trataban de negar la virginidad de María después del nacimiento de Jesús. Una de las formas de erradicar esas ideas era ir creando una corriente de amor y devoción hacia una imagen que representara el misterio de la maternidad de María.
Hubo casos en que, para contrarrestar el influjo de algunas ideas heterodoxas y no pudiendo luchar contra su pervivencia, la Iglesia instituyó celebraciones sacras. Así, leemos en el Año Cristiano de Jean Croiset:
Los paganos celebran el primero de enero la alborotada fiesta llamada de las "Estrenas" o de los "Regalos", por los que se cambiaban entre familiares y amigos, en felices augurios de año nuevo. Las danzas callejeras degeneraban en vituperables orgías. Los Santos Padres levantaron su voz porfiadamente, y, para amparar a los fieles contra aquel turbión de locuras, instituyeron una festividad, en algunas partes precedida de ayuno. Hacia el siglo VII se estableció en España, impulsada por Recesvinto, esta fiesta que se celebraba sin trabajar. Esta celebración se interpretó diversamente desde su origen. Ya en el siglo VI las Galias conmemoraban en ella la Circuncisión del Señor. En Roma tomó carácter de octava de Navidad, para equipararla a Pascua y Pentecostés, únicas entonces, decoradas con este breve ciclo de magnificencia. En otras partes se daba especial relieve a la Maternidad de María que campea admirable, como pimpollo auroreal en Adviento, y como realidad espléndida en toda la conmemoración navideña. Por fin, en el siglo IX la Iglesia romana, aceptando el sentido de la liturgia galicana, estableció universalmente la fiesta de la "Circuncisión del Señor".
CREENCIAS
La imagen de María con su hijo se llamó en griego, respondiendo a lo que simbolizaba, Theotokos, es decir, Madre de Dios, y la Iglesia se encargó de difundirla por todas las iglesias de Occidente procurando advertir a los artistas que tenían que tallarla, que reflejara alguno de los siguientes aspectos:
1.Que Madre e Hijo estuviesen juntos en la talla.
2.Que se pareciesen físicamente.
3.Que la Virgen y el Niño llevasen una serie de atributos cuya significación hiciese reflexionar a los devotos.
Para la Virgen esos atributos eran:
a) Una manzana en su mano derecha que recordaba su intervención en la redención del género humano. Eva hizo caer a Adán con esta fruta y la nueva Eva, la Madre de Dios vino a remediar esa falta con su amor y su entrega.
b) El trono o silla sobre la que estaba María tenía que representar a todos los conocimientos humanos, respondiendo así a una de las invocaciones de las letanías en la que se denomina a la Virgen "sedes sapientiae" (asiento de la sabiduría). Algunos escultores sentaron a la Madre de Dios sobre cuatro libros, que unos decían representaban los Cuatro Evangelios y otros las disciplinas del Cuatrivium (aritmética, geometría, música y astronomía).
c) A partir del siglo XII y por influencia francesa la Virgen siempre llevaba corona como correspondía a su condición de Regina o reina.
d) El resto de la indumentaria coincidía con la moda medieval y solía ser una túnica o brial con el escote ajustado al cuello y un manto.
Para el Niño, el principal atributo era una bola (o un libro) que le presentaba como Pantocrator, es decir creador y dueño del universo al que sostenía en su mano. Respecto a la indumentaria solía imitar la de la Virgen con la única diferencia que a veces se le mostraba sin corona y con un peinado también de época. Respecto a la representación de la circuncisión hay muchas interpretaciones e innumerables errores históricos. En un libro titulado El pintor cristiano y erudito (1782) se puede leer: "Yo mismo he visto (lo escribe Fray Juan Interian de Ayala) varias veces pintada con mucha variedad la Circuncisión de nuestro Salvador, no solamente por un Pintor, sino por varios, y excelentes; pero siempre de modo que se representaba hacerse la execución de dicha ceremonia en un Templo sostenido de gruesas y hermosísimas columnas, por Simeón vestido de Sumo Sacerdote, acompañado de Ministros sagrados, y asistido de jóvenes con túnicas, ó sobrepellices, que estando de rodillas alumbran con velas encendidas; y á este tenor otras cosas ridículas, capaces de causar náusea á qualquiera que estando medianamente instruido las esté mirando. He visto también pintada esta misma Historia por un Pintor no más que mediano, pero sin los defectos, y faltas referidas: pues en ella se nos representaba dicha sagrada ceremonia executada no en el Templo, como en la antecedente, sino en el portal de Belén; ni por Simeón, ú otro Sacerdote (que es uno de los mayores despropósitos, y locuras) sino por la Santísima Virgen: cuyo modo de pintar la Circuncisión del Señor, procuraré hacer ver en su propio lugar, con el favor de Dios, y persuadirlo con graves razones, ser el más propio, y verisimil de representar este Misterio".
EXPRESIONES
La Fiesta del Niño en Palencia, mantenida desde hace más de seis siglos por una Cofradía -la del Dulce Nombre de Jesús- procede del antiguo deseo del catolicismo de cambiar la circuncisión -que era sacramento para los judíos- por el bautismo, "más fácil, más perfecto y más suave y común", según la opinión de los primeros Padres de la Iglesia. El "bautizo" del Niño, por tanto, provenía de una antigua tradición que el papa Pío IV certificó con la promulgación de una bula en el siglo XVI. Durante la procesión, en la que se lleva una imagen del Niño se le canta el "Ea", tema probablemente del siglo XVIII, que en su origen tenía la letra siguiente:
Al principio del año | Al llegar a Judea |
AUDIO
Danza y villancico del Niño de la Bola (Cuéllar, Segovia).
Interpretes: Los hermanos Ramos (dulzaina, caja y bombo ), año 2000.
FIESTAS
La Fiesta palentina se inicia con una procesión, en la que se porta en andas la imagen del Niño, que se efectúa por los alrededores de la iglesia de San Miguel, y, posteriormente, en la "pedrea" que consiste en el lanzamiento de dulces y golosinas por parte de las madrinas, de su corte de honor, del alcalde de la cofradía, mayordomos y autoridades civiles y religiosas desde el balcón de la Casa Rectoral. Miles de personas asisten al acto y disfrutan con la celebración.
En Venialbo (Zamora) la fiesta del Niño se celebra el 27 de diciembre con una procesión, a la que preceden unos danzantes con castañuelas y acompañados de flauta y tamboril.
Fiesta del Niño de Venialbo - video original en YouTube
ENLACES
SOBRE IMAGENES PROFANADAS POR ANGLICANOS CONSERVADAS EN ESPAÑA Y PORTUGAL
Revista de Folklore nº 230
EL ARCIPRESTE DE HITA Y EL SIMBOLISMO MEDIEVAL
Revista de Folklore nº 165
MADRID. EL ECO JUDÍO EN LA FIESTA DEL NIÑO (1 DE ENERO)
Revista de Folklore nº 319