Práxedes fue hija de santo, el senador romano Prudencio o Pudencio -uno de los primeros convertidos por San Pablo-, y hermana de santos (Timoteo, Novato y Prudenciana). Durante su vida, dedicada a la caridad y a la causa cristiana, tuvo que sufrir la brutalidad de las autoridades por el simple hecho de pretender sepultar los cuerpos de los mártires de su tiempo. Sobre la casa del senador dice la tradición que se edificó una pequeña iglesia en tiempo del Papa Pascual I, en el siglo IX, que la decoró con mosaicos y la nutrió con reliquias de mártires, poniéndola bajo la advocación de Santa Práxedes. En uno de los mosaicos, San Pedro y San Pablo presentan a Cristo a las santas Prudenciana y Práxedes.
CREENCIAS
En la iglesia de Santa Práxedes se conserva un fragmento de la columna a la que dicen que estuvo atado Cristo durante la flagelación. Esta columna, junto con el madero en que lo crucificaron, fue traída por San Elena. Croiset afirmaba en su Año Cristiano que en medio de la iglesia se veía el pozo original de la casa donde Práxedes recogía devotamente la sangre de los santos mártires.