Fue San Ambrosio, mentor y director espiritual de San Agustín, quien difundió la historia de los mártires Gervasio y Protasio, ajusticiados por Astasio en Milán en fecha incierta. Paulino, biógrafo de San Ambrosio y el mismo San Agustín, relatan la premonición que tuvo el obispo de Milán al tratar de buscar los restos de los mártires en el cementerio de una antigua iglesia en la puerta Vercellina, cercano a la basílica dedicada a los santos Félix y Nabor. San Ambrosio identificó los restos y nombró a Gervasio y Protasio patronos de Milán. La veneración a Gervasio y Protasio debilitó el fervor popular por Nabor y Félix, aunque los franciscanos, que se hicieron cargo de la basílica a partir del siglo XIII, devolvieron la devoción milanesa hacia estos mártires.
CREENCIAS
Cuenta San Agustín en su Confesiones que los cuerpos de Gervasio y Protasio eran enormes y tenían la cabeza separada del tronco. La veneración a los dos santos fue para San Ambrosio, además de una ocasión espléndida para fomentar la devoción hacia unos mártires casi olvidados en su diócesis, un apoyo político en sus diferencias con los arrianos. Durante la traslación de los restos a la basílica, un ciego recuperó la vista y salió de él el demonio que lo atormentaba, creándose a partir de ese momento, una catarata de hechos extraordinarios. Éste y muchos otros motivos aparecen en la iconografía que existe sobre sus vidas y muerte: el bautizo de ambos, el martirio infligido a sus cuerpos con azotes de cuerdas emplomadas, la decapitación, el descubrimiento de los cuerpos por San Ambrosio, etc. FIESTAS Es fiesta local en: Rubena (Burgos) Villasila (Palencia) |