Marco y Marceliano fueron hermanos gemelos, hijos de padres nobles y educados por un preceptor cristiano. El paganismo de sus padres les impuso un matrimonio a la usanza romana pero no les desvió de su fe cristiana que siguieron practicando abiertamente. Tanto es así que cuando fueron arrestados por practicar una religión contraria al Imperio, no dudaron en convencer con palabras a todos los que les rodeaban, incluidos su familia y el propio prefecto Cromacio que les estaba juzgando, de las bondades de la nueva religión. Algunas imágenes de su iconografía les muestran en el momento de ser atados a un poste y recibir el tormento de que sus pies fuesen clavados a la tierra. Finalmente fueron atravesados a lanzazos.
CREENCIAS
Algunos hagiógrafos atribuyen todas las conversiones de los funcionarios romanos y de la familia de los mártires a San Sebastián, quien intervino de forma decisiva para que no flaquease la voluntad de Marco y Marceliano consiguiendo de paso mudar el parecer de quienes trataban de hacerles cambiar de religión e incluso de quienes tenían que juzgarlos.