San Francisco vivió en tiempo de Felipe II. Habiendo enfermado de lepra hizo voto de entrar en religión si se curaba. Recobrado de la enfermedad profesó en Nápoles, creó una congregación de clérigos menores y posteriormente vino a España para servir a los pobres en el Hospital de los Italianos, fundación de Gregorio XIII que nació bajo la advocación de los apóstoles San Pedro y San Pablo y que se dedicó a atender a los enfermos y pobres italianos residentes o de paso por Madrid. Fundó otras casas en Valladolid -con la contribución generosa del propio rey- y en Alcalá de Henares y murió en 1608 tras una vida corta pero dedicada intensamente a la caridad.