Los relatos hagiográficos presentan a Bonifacio como el mayordomo de una noble romana llamada Aglae, con quien vivía, llevando ambos un tipo de vida poco edificante incluso para la época. Una conversión oportuna cambió los comportamientos y las conciencias de Aglae y Bonifacio hasta el extremo de desear fervientemente contar con las reliquias de algún mártir de los que eran ejecutados cada día en diferentes lugares por defender su fe y cuyos cuerpos servían de permanente ejemplo a los cristianos. Aglae envió a Bonifacio a Cilicia con ese encargo pero éste, alentado por el fervor de los atormentados, se ofreció él mismo a sufrir el martirio. El gobernador Simplicio ordenó que se le llenara la boca de plomo derretido y posteriormente se le condujera a una caldera llena de pez ardiente. Bonifacio hizo la señal de la cruz sobre ella y se rompió, pero el gobernador ordenó finalmente que le cortaran la cabeza.
CREENCIAS
Los milagros obrados por San Bonifacio se inician durante su martirio pero se prolongan más allá de su muerte. Se cuenta que, cuando los criados del santo fueron a recoger sus restos, la cabeza de Bonifacio separada del tronco, abrió los ojos y sonrió a todos.
FIESTAS
Es fiesta local en:
Pereña (Salamanca)
Valdunquillo (Salamanca)