La preocupación por los demás fue una constante en Santo Domingo. Habiendo nacido en el seno de una familia humilde que no pudo costearle ningún estudio, pretendió sin embargo acceder a algún monasterio en el que poder seguir su vocación de servicio, cosa que no pudo lograr por la negativa a recibirle de un par de abades a los que intentó inútilmente explicar sus pretensiones. Decepcionado, decidió vivir en soledad y practicar la caridad con los peregrinos que iban a Compostela y que pasaban por el boscoso paraje en el que había decidido asentarse. Pronto edificó por sus medios una ermita dedicada a la Virgen y limpió de malezas los caminos, consiguiendo con ello el reconocimiento a una labor altruista y eficaz. Enterado de ello un enviado del papa -el obispo Gregorio- que había llegado a España para tratar de atajar con rogativas y procesiones la terrible plaga de langosta que había asolado parte del país, pidió a Domingo que le acompañase en sus visitas pastorales y así lo hizo hasta que terminó su labor. Luego volvió a su ermita y edificó un hospital donde poder atender a los enfermos y peregrinos, facilitándoles el paso del río Oja con la construcción de un puente y un camino seguros. Murió el año 1109, produciéndose a partir de ese momento en su sepultura innumerable cantidad de prodigios que aumentaron su fama de santo.
CREENCIAS
Si llueve el día de la Ascensión, cuarenta días de lluvias son
El día de la Ascensión, a las 12, se conmemoraba el momento en que Jesucristo subió al cielo. Era el instante que, desde tiempo inmemorial, dedicaban los herreros a forjar las lunas de metal que se pondría después a los niños para evitar el alunamiento o el aojamiento. Estos amuletos fueron muy frecuentes durante siglos en el medio rural y todavía hoy se usan como colgantes aunque en la mayor parte de los casos se desconoce su primitivo significado.
EXPRESIONES
La frase proverbial "Santo Domingo de la Calzada, donde cantó la gallina después de asada" hace referencia a un suceso milagroso que se obró por intercesión del apóstol Santiago: Un joven alemán peregrina a Compostela en compañía de sus padres y para en un mesón de Santo Domingo de la Calzada. Una de las jóvenes de la posada se enamora del joven y pretende sus favores pero éste la rechaza. En venganza, la joven introduce en el equipaje del alemán una copa de plata y luego le acusa de haberla robado. Se le condena a muerte y es ahorcado, pero las oraciones de los padres del muchacho hacen su efecto y comprueban que el santo apóstol sostuvo milagrosamente al joven evitando que la soga apretara fatalmente el cuello. Cuando van a contarlo al juez, éste, que está cenando, les contesta que su hijo estará tan vivo como la gallina que se está comiendo, momento en que la gallina se levanta del plato y se pone a cacarear. Es una de las leyendas del Camino de Santiago que también se repite en la localidad portuguesa de Barcelos, en este caso con un gallo. FIESTAS Es fiesta local en: Garay (Soria) |