Muchos autores, San Ambrosio entre ellos, atribuyen a Santa Elena -mujer de Constancio Cloro y madre del emperador Constantino- el hallazgo de la cruz en que Cristo fue crucificado, gracias según algunas versiones a un sueño profético y según otras a la revelación de un judío llamado Judas. Por la cruz -el método de ejecución que los persas transmitieron como el más deshonroso de la época-, Cristo vencía a la muerte y nos salvaba definitivamente de su dominio negativo al añadir, a las virtudes de la fe y el amor, la esperanza como crucial elemento de tensión en la vida del cristiano. Tal vez por ese acto positivo y universal, hasta la misma naturaleza, representada en la madera que sostenía al Salvador, se quiso unir al ser humano y participar en la sublime escena. Apenas hay acuerdo sobre el material utilizado: unos afirman que estaba hecha del mismo manzano que perdió a Adán; otros, que de los ramos que recibieron a Jesús en Jerusalén. Jeremías profetizó que sería de venenoso tejo; Baronio que estaría hecha de ciprés, boj, cedro y pino. Los más opinaban que de encina, pues según Becano -el jesuita que armonizó los evangelios con la ley antigua- era el árbol utilizado por los romanos para crucificar a los delincuentes.
CREENCIAS
El Flos Sanctorum cuenta la leyenda del madero donde murió Cristo, atribuyendo su origen a una tala que en los montes del Líbano hizo Salomón de la que sobresalió un madero al que nunca se podía hallar acomodo en las obras por lo que fue despreciado por los maestros de obras y usado finalmente como viga sobre un río para que pasara la gente sobre él. Cuando la reina de Saba fue a ver a Salomón tuvo una visión de que sobre aquella madera sería puesto alguien que salvaría al mundo, por lo cual lo adoró. Sin embargo Salomón al conocer la profecía por la cual se añadía que los judíos serían destruidos por aquel madero, lo hizo enterrar. AUDIO Versos de los danzantes a la Virgen de Rombrada, en Támara de Campos (Palencia). Rogativas a la Virgen de la Vega de Melgar de Arriba (Valladolid). |
EXPRESIONES
Durante siglos, la Santa Cruz fue la "señal" de los cristianos. Los antiguos catecismos de Gaspar Astete o de Ripalda lo enseñaban y los vetustos catones o silabarios con que aprendían a leer y a rezar los niños españoles traían, entre los exiguos conocimientos para ser practicados por los pequeños, la oración que se acompañaba con tres cruces sobre la frente, sobre la boca y sobre el pecho:
Por la señal de la Santa Cruz,
de nuestros enemigos
líbranos Señor, Dios nuestro.
FIESTAS
Es fiesta local en:
Blascodes (Ávila) | Masuego (Salamanca) |