Nació Pedro Armengol en 1234 en un pueblo de Tarragona. Pese a ser de la familia notable de los Urgel, la muerte de su madre le encaminó por la senda equivocada, convirtiéndose en bandolero y aterrorizando la comarca. Un fortuito encuentro con su propio padre le hizo recapacitar y, aconsejado por San Pedro Nolasco, entró en la orden de la Merced, dedicada a la redención de cautivos. Tras unos años de preparación pudo pasar a África donde se dedicó a su menester con el máximo celo. Habiendo acordado la redención de unos jóvenes cautivos, se quedó como rehén en tanto no se aportase el rescate. Al pasar el plazo y no llegar el dinero, le ahorcaron. De allí a poco apareció su compañero Guillermo lamentando no haber podido llegar antes, con lo que hubiese salvado la vida de Pedro. Éste, sin embargo, respondió que la Virgen le había sostenido milagrosamente y bajó tranquilamente del patíbulo ante la admiración de todos.

CREENCIAS

En la Cantiga 175 se narra una historia muy similar, en la que la Virgen mantiene con vida a un devoto que ha sido ahorcado por robar, hasta que se le descuelga y puede contar su historia: en efecto, se le ha acusado de robar un vaso de plata y se le ha condenado, pero la Virgen, conociendo lo injusto de la acusación, ha estado cuidando de su vida hasta que se aclara todo y es castigado el verdadero culpable.