En la región de Toscana, en la ciudad de Monte Policiano, nació Inés. Desde muy niña dio muestras de amar la oración y el recogimiento. Cuentan sus hagiógrafos que se retiraba a un rincón de la casa y que, cuando alguien le preguntaba qué hacía, respondía invariablemente: "estoy rezando y aprendiendo la lección". Con estos precedentes, cuando sólo tenía nueve años, sus padres le metieron monja en un convento de la zona. A los 18 ya era abadesa en un convento recién fundado en Proceno y fue tanto su prestigio que sus antiguos convecinos de Monte Policiano quisieron hacerla regresar. Como no lo conseguían con palabras, la convencieron con la promesa de que una casa de mujeres públicas que había en la ciudad se convertiría en convento. Allí fue Santa Inés y puso el monasterio bajo los estatutos de San Agustín, comenzando al poco tiempo a obrarse milagros y hechos extraordinarios que le dieron enorme fama.
FIESTAS
Es fiesta local en:
Galinduste (Salamanca)
El Espinar (Segovia)