Hermenegildo fue hijo del rey visigodo Leovigildo, cuyo reinado muestra, al parecer de los historiadores, luces y sombras. Entre sus pretensiones estaba la de reunir bajo su mandato a toda la Península, acabando para ello con los restos de la monarquía sueva. Entre sus hechos más reprobables está sin duda el de haber ordenado la muerte de su propio hijo, quien, alentado por su esposa, la católica Ingundis y por su tío San Leandro, se opuso a la política de su padre.
CREENCIAS
Entre los historiadores que tratan el tema de forma novelada, el Padre Mariana transcribe unas supuestas cartas entre Leovigildo y Hermenegildo en las que el primero reprocha a su hijo el haberse aliado con extranjeros y el haber traicionado la confianza que en él puso haciéndolo su igual antes de que le correspondiera, y Hermenegildo responde apelando a su conciencia y a la confianza que le supone haber abrazado la religión verdadera.