Fue San Victor soldado romano según unos y habitante de Braga según otras versiones de su vida. En ambos casos se negó a adorar a unos ídolos en tiempo de Diocleciano y, según San Isidoro, fue condenado por ello. Algunas fuentes hablan de que fue arrastrado por toda la ciudad y otras que tras ser torturado fue decapitado en el año 303.
CREENCIAS
Algunas versiones de la vida de San Víctor hablan de un ídolo al que se negó a adorar pero otras hablan confusamente de un río, el Cavedo, al que tal vez rendían adoración los habitantes de Braga. Martin Bracarense o Martín de Braga, en su Sermón contra las supersticiones rurales dice que, tras el diluvio...
... los hombres empezaron a adorar a las criaturas olvidando de nuevo a Dios creador del mundo y abandonándole: unos adoraban al sol, otros a la luna o a las estrellas, otros al fuego, otros al agua subterránea o a los manantiales, creyendo que todas estas cosas no habían sido creadas por Dios para uso de los hombres, sino que, nacidas de sí mismas, eran dioses.