Vivió Juan de Yepes cuarenta y nueve años que dieron gloria a las letras y a la mística españolas. Nacido en Fontiveros (Ávila) en 1542, padeció muchas escaseces durante su infancia por la muerte de su padre y la difícil situación familiar. Habiendo decidido su madre trasladarse primero a Arévalo y después a Medina del Campo, pudo seguir allí estudios como niño doctrino y después en el Colegio de la Compañía de Jesús, al tiempo que colaboraba en tareas de caridad. En 1563, seducido por la vida de contemplación y piedad de los carmelitas, entra en esta Orden y toma el nombre de Juan de Santo Matía. Acude a la Universidad de Salamanca y trata de seguir su vocación contemplativa pero sólo una conversación con Santa Teresa le desvía de su intención de entrar en la cartuja para buscar su verdadero destino. Convencido de la necesidad de reformar la Orden, funda con otros dos frailes un convento en Duruelo (Soria), manteniendo durante varios años una gran actividad en la fundación de nuevos colegios y finalmente como director espiritual en el convento de la Encarnación (Ávila) al que le llama la propia Santa Teresa. Su espíritu reformista le trae innumerables conflictos con los superiores de su misma Orden que terminan en secuestro y prisión en Toledo, donde, estando encerrado, escribe el Cántico Espiritual. Escapa de su cautiverio y se traslada a Andalucía para continuar con su labor reformadora siempre condicionada por los conflictos entre su modelo de orden y la jerarquía de carmelitas calzados hasta que el Papa separa ambas tendencias. En 1588 asiste al primer Capítulo General de la Orden Descalza en Madrid y viaja después a Segovia donde se establecerá el gobierno general de la misma. Tras varios años vuelve a tener dificultades y es destituido de su cargo de Superior del convento de Segovia y destinado a Méjico. Sólo la enfermedad le libra del destierro. Muere en Úbeda en 1591.