HISTORIA DE LA MODA

Calzas y calzones, bragas y pantalones



Con la llegada de Carlos V se produjo en España un gran cambio en muchos aspectos sociales, entre ellos el relativo al traje. En su reinado quedó establecido un nuevo orden de los usos y costumbres de las vestimentas. Las prendas de cuerpo entero, briales y sayos fueron sustituidas por un conjunto de prendas que dividían el cuerpo de la persona en dos. Jubonas, coletos, ropillas para el torso y las calzas para las piernas, que distinguían las perneras y cuyos muslos se envolvían en unos cortos y ampulosos gregüescos o valones.





Décadas después ambas prendas -calzas y valones- empezarían a ser desterrados por una prenda que duraría hasta las postrimerías del siglo XX: el calzón o braga. A pesar de ello, maragatos y mallorquines siguieron gastando los valones tres siglos después, del mismo modo que ibicencas y ansotanas no se han desprendido de sus briales medievales de cuerpo entero hasta la fecha. Las pragmáticas del Conde Duque de Olivares de 1622 prohibiendo el uso de calzas cortesanas, valones y gregüescos en tejidos costosos volcó al medio civil más ordinario estas prendas, acomodándose en las altas clase la moda nueva de los calzones.

Los calzones, hasta media pierna y ajustados a ella, fueron adoptados oficialmente durante el reinado de Felipe IV cuando el rey y algunos nobles los vistieron con ocasión de una boda de la nobleza celebrada en Madrid el 25 de septiembre de 1622. Las prendas anteriores que cubrían completamente las piernas de los hombres eran las calzas; con la adopción de los calzones aquéllas redujeron su tamaño, que desde entonces solo llegó hasta la rodilla, pasando a llamarse medias calzas y de ahí el nombre de medias o calcetas, es decir, pequeñas calzas, que se da a las prendas de punto que, con pie o sin él, cubren las pantorrillas.

A mediados del XIX comienza en el medio rural español la lenta acomodación de la moda francesa del pantalón en un uso cotidiano, tan lenta, que al Tío Pata de Berlanga de Duero (Soria) le corresponde el honor de haber sido el último castellano en gastar el calzón corto hasta su fallecimiento en 1978.





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