HISTORIA DE LA MODA

El siglo XIX: guerras, moda y costumbrismo



Las palabras de Marcel Proust, “Sólo los románticos saben leer las obras clásicas, porque las leen como fueron escritas, es decir románticamente”, se podrían aplicar también al gusto por el Arte Clásico en el Romanticismo, pero, cómo no, al propio Arte romántico. El período de influencia del Romanticismo, que abarca casi un siglo –del último cuarto del XVIII al último cuarto del XIX- es testigo de muchas tendencias que van desde el Sturm und Drang (tempestad y empuje) alemán –personal y juvenil- hasta el costumbrismo realista, pasando por revoluciones industriales y científicas que hacen del siglo XIX, época en la que el movimiento romántico tiene su auge y decadencia, una centuria inquieta y apasionante. Predominan sin embargo, a lo largo de todo ese tiempo y fundamentalmente en Europa, el gusto por la Edad Media (oscura, legendaria, heroica), el interés por los viajes (aventura, libertad y exotismo) y una tendencia algo morbosa hacia la autocontemplación desde la duda y el pesimismo debido a las guerras.

Precisamente por esa inquietud, el siglo XIX fue tan abundante en colecciones y ediciones que seríamos injustos si nos fijásemos sólo en algunas.





En los albores del siglo nos encontramos con una nueva colección de figuras diversas dibujada por el valenciano Antonio Rodríguez (1765-1823) y titulada Coleccion General de los Trages que en la actualidad se usan en España, principiada en 1801. Para la ejecución de los grabados, Rodríguez contó con tres excelentes artistas: Joseph Vázquez, Manuel Albuerne y Francisco de Paula Martí Mora, aunque él mismo tomó el buril en ocasiones para grabar algunos de sus propios dibujos. Cabe destacar, por su interés y por su sentido irónico, las frases que acompañan al grabado y que tienen mucho que ver con el personaje al que sirven de pie: alguna alusión, con frecuencia mordaz, a su oficio o a las características que le dan notoriedad. En cualquier caso, majos, bandoleros, toreros y mendigos aparecen como personajes pseudonacionales, aunque muchos de ellos tengan su génesis o su desarrollo particular en diferentes tierras y vayan a imponer, poco a poco, sus atuendos, convirtiéndolos en estereotipos, como es el caso de algunos tipos andaluces.

José Ribelles y Helip (1778-1835), valenciano como Rodríguez, es el autor de la Coleccion de Trages de España, que fue por primera vez al tórculo en 1825 y de la que todavía conserva las planchas la Calcografía Nacional. Ribelles es bastante original en sus modelos aunque continúa la línea coleccionista, variada y surtida, marcada por Rodríguez una década antes. Aparecen en su trabajo personajes rurales junto a otros de ámbito ciudadano. Figuras correspondientes a determinadas provincias al lado de otras cuya adscripción geográfica resulta más complicada. Graba la Colección Juan Carrafa (1787-1869), conserje de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, quien combina las técnicas de aguafuerte y buril para llevar a cabo las 112 láminas que se presentaron en dos series.

Probablemente la obra más bella de todo el siglo XIX es la colección titulada Galerie Royale de Costumes, que se publicó en París entre 1842 y 1848 en el establecimiento de Aubert y hoy día es prácticamente inalcanzable como obra completa. Ya cuando René Colas publica su Bibliographie Generale du Costume et de la Mode en 1933 advierte que nunca había visto los seis tomos enteros. Pharamond Blanchard, que es quien va a dibujar los trajes españoles que luego serán litografiados por Janet Lange, llegó a España con su colega Dauzats comisionado por Luis Felipe de Orleans para seleccionar cuadros de firmas importantes que una parte de la nobleza española se estaba viendo obligada a vender para remediar su penuria económica. Además Blanchard, que había estudiado en la escuela de Bellas Artes de París, era uno de los ilustradores de la obra del Barón Taylor Voyage pittoresque en Espagne, en Portugal et sur la côte d’Afrique, de Tánger a Tetouan, para lo cual viajó por España entre los años 1835 y 1837.





Exposición