Entre los años 1924 y 1928 Muirhead Bone y su esposa Gertrude hicieron varios viajes a España. La obra que resultó de esas visitas, aparecida en 1936 en Londres bajo el título Old Spain, tuvo una extraordinaria acogida por sus textos y por sus ilustraciones. Su visión de nuestro país se produce en la época que media entre la Dictadura de Primo de Rivera y la Guerra Civil, pero su mirada penetra hasta esa “vieja España” que anuncia el título y que, en algunos casos, ha sobrevivido hasta hoy porque es parte y sustrato de una identidad genética.
La lectura que hacen los Bone del ambiente con el que se encuentran y de las gentes a las que entrevistan no es precisamente la de unos admiradores convencidos del engañoso progreso de las primeras décadas del siglo XX, sino la de unos románticos enamorados de la historia y de las profundas raíces de un pueblo que, en muchas épocas de su dilatada andadura, no supo lo que era ni lo que tenía y se esforzó en parecer lo que ni era ni parecía. En cualquier caso, los dibujos de Muirhead Bone, realistas y esquemáticos, se complementan con el texto imaginativo, culto y delicado de Gertrude, cuya sensibilidad y educación nos conducen por las sendas amenas de una literatura de viajes ya extinguida. Muchas cosas han cambiado, evidentemente, desde la época en que este libro fue escrito. Ahora no sería posible viajar sin prisa por España y, precisamente por eso, los textos de la escritora escocesa, al estilo de los publicados por Richard Ford y dirigidos a los “lectores en casa”, poseen esa descansada emoción, esa sutil delicadeza, habitualmente ausente de las guías de viaje al uso que podemos encontrar hoy.
Emile Gallois, acuarelista francés, hace, en su colección de trajes españoles, uso de una imaginación desbordada y confía más en el resultado estético que en el servicio que podría prestar a un estudioso del traje en España. Su obra, publicada en 1939, ofrece una vertiente artística casi desprovista de elementos etnográficos o históricos. Por otro lado, es bien sabido que algunos de estos documentos, aunque tenían un origen cercano al natural, se iban apartando de la fuente en la medida que se producían copias o plagios. Así, los dibujos de D`Ivori (seudónimo de Joan Vila i Pujol, ilustrador catalán) introducen elementos y colores nuevos a trajes y tipos de los siglos XVIII y XIX creando una de las últimas series de indumentaria popular.
Finalmente, el libro sobre los Trajes españoles que el Estado regaló a Eva Perón en 1947, es el último intento de hacer vivir no sólo un tipo de indumentaria ya en desuso en aquel momento, sino unos valores que estaban más en la historia que en la realidad cotidiana del país.