Enrique II de Alemania es el patrono de los oblatos de la Orden de San Benito. De él y de su esposa Santa Cunegunda habla un testigo de excepción, Santiago de Vorágine en su Leyenda Dorada en estos términos:"De la nobilísima sangre e ilustre estirpe de los Augustos nacieron dos flores que superaron a sus antepasados en gloria inmarcesible, a saber: Enrique II, honrosísima joya del imperio romano, y su dignísima esposa, la emperatriz Cunegunda, de grata memoria". Independientemente de su visión parcial de los emperadores -especialmente de Cunegunda- (en una parte del texto confiesa: "soy consciente de que con esto no pago a esta bienaventurada mujer lo mucho que le debo"), Vorágine ofrece muchos datos sobre la pareja real que decidió de común acuerdo vivir como hermanos. Sus obras de caridad, sus fundaciones de monasterios y hospitales, les convirtieron en benefactores y en ejemplo vivo para sus súbditos.
CREENCIAS
Hay varias leyendas sobre la vida de San Enrique, aunque tal vez las dos más populares se refieran a su sentido religioso de la vida. La primera cuenta cómo, estando en Estrasburgo, acudió a la catedral admirándose del papel y eficiencia de sus canónigos por lo que acudió al Obispo manifestándole su deseo de abandonar el trono y ser uno de ellos. La respuesta del obispo le devolvió a la realidad: "¿Deseáis ser canónigo? ¿Estáis dispuesto a obedecerme en todo? Pues continuad en vuestro puesto, que es donde mejor podéis hacer el bien". La otra leyenda refiere un sueño en el que se le apareció San Wolfgango, obispo de Ratisbona y su mentor, quien le señalaba una inscripción en la que se podía leer: "Tras seis". Enrique pensó que se le anunciaba su muerte al cabo de seis días y se preparó para ello con renovadas penitencias y oraciones. Sólo al cabo de seis años pudo comprender que San Wolfgango le anunciaba que sería nombrado emperador.
FIESTAS
Es fiesta local en:
Navas del Marqués (Ávila)
Villafranca del Bierzo (León)