Nicasio, que fue obispo de Reims, es muy venerado en Francia y en España. Nombrado prelado hacia el año 400 emprendió muy pronto la construcción de la iglesia de Santa María, que después se convertiría en la catedral de Reims. Predijo la llegada de los vándalos y alanos, que tomaron la ciudad en el año 407 y sacrificaron a clérigos y a buena parte de sus habitantes. San Nicasio se presentó ante ellos con su hermana Eutropia y los diáconos Florencio y Jocundo siendo todos decapitados. La leyenda dice que San Nicasio anduvo unos pasos después de habérsele cortado la cabeza y algún relato incluso refiere que llevaba la cabeza bajo el brazo, lo que le hizo ser incluido entre los santos cefalóforos, como San Dionisio, San Lamberto, San Vítores o Santa Quiteria.
CREENCIAS
Una de las versiones legendarias cuenta que, al salir al encuentro de los vándalos, San Nicasio iba cantando salmos y uno de los soldados invasores, la cortó la cabeza por detrás. Sin embargo la lengua del santo continuó recitando el versículo en que se encontraba como si no hubiese pasado nada. Louis Rèau dice que Santa Eutropia, para ser sacrificada junto con su hermano, abofeteó al jefe de los bárbaros. También recuerda que otras leyendas similares cambian la fecha de la muerte de ambos al año 453 y sustituyen a los vándalos por los hunos.