San Martín nació en Todi, en la Toscana y es considerado como una víctima de la política de su tiempo. Toda la controversia y el problema que le afectó partió de la argucia del emperador Constancio II o Constante de obligar a Martín a aceptar una exposición de fe o credo que se llamó Ekthesis y que básicamente, para evitar cismas religiosos perjudiciales para el poder político, defendía la doctrina de los monotelitas, o sea que Cristo había tenido dos naturalezas, divina y humana, pero una sola voluntad. Pretendía ser una vía intermedia entre los monofisitas , o sea los partidarios de la teoría de que sólo había una naturaleza en Cristo, y la doctrina, que quedaría como ortodoxa de la Iglesia, de las dos voluntades y dos naturalezas. El Papa Honorio había aceptado esa solución pero Martín no se avino a ello. El resultado fue una persecución y encarcelamiento del Papa que murió exiliado y defendiendo la ortodoxia.