Wenceslao nació en Stochov y perteneció a la familia de los Premyslidas, que se independizaron de Moravia y consolidaron el trono de Bohemia. Su reinado duró sólo catorce años pues fue asesinado por su propio hermano Boleslao, que había sido educado por la madre de ambos, Drahomira, en la violencia y la intriga. Wenceslao, sin embargo, había sido reclamado por su abuela Santa Ludmila que llegó al acuerdo con su hijo Bratislao I para poder formar al nuevo rey en sus principios. Al morir Bratislao, su esposa Drahomira tomó el poder y no descansó hasta asesinar a su suegra. A pesar de todo, Wenceslao fue proclamado rey unos años más tarde y procuró la paz con todos sus vecinos además de dedicarse a legislar y construir iglesias y hospitales. Finalmente, una conjura de su propio hermano y otros nobles acabó con su vida, al asistir desarmado y sin protección a la ciudad de Stara Boleslav donde se celebraba la fiesta de los patronos de la ciudad, San Cosme y San Damián. Unos años más tarde, el propio Boleslao reconoció su conducta improcedente y ordenó llevar los restos de su hermano a la iglesia de San Vito, en Praga, que es actualmente la catedral. El cráneo de San Wenceslao se conserva en el castillo de la misma ciudad.
CREENCIAS
Hay una leyenda acerca de un pequeño icono protector cuyo origen es tan misterioso como lejano. Se dice que fue pintado con una imagen de la Virgen y protegido con un marco de metal -según unos de cobre, según otros de una aleación extraordinaria- y que servía de objeto de veneración a Santa Ludmila, quien lo regaló a su nieto Wenceslao. éste lo llevaba al cuello el día que fue asesinado pero su ayudante se lo arrancó para evitar que cayera en manos de Boleslao. Antes de ser alcanzado por los soldados del asesino escondió el icono, que fue encontrado mucho tiempo después por un labrador cuyos bueyes se negaban a arar sobre el pequeño cuadro. Inmediatamente se llevó a la iglesia pero se produjo el milagro de regresar al lugar en que se había hallado y finalmente se edificó allí un templo. La reliquia sigue siendo un símbolo para el pueblo checo.
Otra leyenda cuenta cómo el joven Wenceslao, recién heredado el trono, fue atacado por Radislao, príncipe de Gurima, quien estaba causando daños por donde iba y saqueando el país. Al encontrarse ambos reyes Radislao retó al joven Wenceslao pero fue protegido milagrosamente por dos ángeles que evitaron su muerte segura apareciendo junto a él.